Cultura

Lucha Villa

Cuando murió Vicente Fernández me acordé de Lucha Villa, aun viva. Nunca aprecié el tono atrabancado del artista que quiso cantar en Bellas Artes y se lo negaron; donde han estado Lola Beltrán o Chabela Vargas, pero no Lucha Villa. Siempre preferí a Juan Gabriel por encima de Vicente Fernández porque me parecía que representaba algo que me rechazaba, contra un compositor en toda la extensión de la palabra, que cantaba: “porque Dios perdona, pero el tiempo, a ninguno”. A Fernández le llegó un tiempo donde la crítica feminista lo puso en su lugar por su desatino machista y homófobo. Eso no pasa con Juan Gabriel. Menos con Lucha Villa.

            Lucha Villa se impuso como intérprete de la canción mexicana, y una actriz de magistrales actuaciones (El Lugar sin límites, de Ripstein; Mecánica Nacional, de Alcoriza; El gallo de oro, de Gavaldón, El principio, de Martínez). No hay errores en su labor artística. José Alfredo la convirtió en su musa para interpretar románticas, sin estridencias, donde el salvaje patriarcado las nulificaba como mujeres al servicio del lecho no precisamente nupcial (“No me amenaces”, de Jiménez: “ya estás grandecito, ya entiendes la vida, ya sabes lo que haces”. O de Juan Gabriel: “tú a mi no me hundes”).

            La mejor Lucha es la que interpreta a Juan Gabriel con el disco que el compositor le hizo especialmente a ella: No discutamos. Ninguna de las canciones tiene desperdicio porque se unieron dos talentos con una forma de ser (“te pareces tanto a mi, que no puedes engañarme”). Juan Gabriel la reinventó en los 90s cuando la canción ranchera pasaba su reinado. Con ese disco concluye una vida de casi cuatro décadas de éxito, creativo y comercial. Una liposucción mal realizada la hizo desaparecer del panorama. Nos hemos acostumbrado a verla de vez en cuando, alejada del mundo. ¡Pero está viva! El 30 de noviembre pasado cumplió 85 años.

            Ella sí merecería Bellas Artes, viva o muerta. Reunió un talento doble, de actriz e intérprete. Hay mínimos casos así. Señorona a prueba de olvidos porque su música se sigue escuchando y sus actuaciones están en filmes de primera.

No me gustan las notas necrológicas y por eso lo escribo ahora que ella vive: Lucha, ¡a Bellas Artes!    

Braulio Peralta

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Braulio Peralta
  • Braulio Peralta
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  • Periodista, ensayista y editor. Autor de Otros nombres del arcoíris, El poeta en su tierra, diálogos con Octavio Paz, De un mundo raro, un libro de crónicas de sus personales viajes como corresponsal en España, y El clóset de cristal. Publica todos los lunes su columna La letra desobediente.
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