Flores, canciones y amor. Letras, tonadas y voz. Hoy es tu día en la Ciudad de México: el espejo de un país que vive para recordarte. Donde hasta la envidia que provocas es aplauso a la presencia de tu ausencia. Eres la víctima consagrada que pasa de lo marginal al centro. Te oímos, te compramos, te alabamos, te invocamos. Matamos el odio para pensar que en México es el amor lo que devora las almas.
Un país donde levantaste el ánimo. Para que cuando nos vaya mal al menos sea como aquella noche de Bellas Artes, el día de tu consagración. Regresas allí y se acrecienta tu leyenda, después de una semana sin ti. Cenizas solo, cuando fuiste cuerpo y espíritu. Cuando creciste en la convicción de que la vida es cuestión de voluntad y, de esa certeza, a los estadios, palenques, tumultos: para verte, tocarte, sentirte.
No en balde escribiste: “no creas en el Dios que inventó el hombre”, cree en ti. No en balde hasta la Iglesia católica te hace misas de difunto. No en balde la contradicción de un mundo ciego que se niega a ver la familia que creaste. No en balde el movimiento homosexual te quiere reivindicar cuando tú nunca fuiste activista gay. No en balde la homofobia que provocas a tu paso…
Pero se acabó. Hoy es tu día. Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara y María Félix están contigo, “en el mismo lugar y con la misma gente”. La gente, ese conglomerado de voces que te consagran en las calles, bares, fiestas, reuniones familiares. La gente, que te escucha como un susurro que palpita en medio de la desgracia de México, que tiene un presidente casi de rodillas, sin discurso, ciego ante la tragedia de una nación que convive, sobrevive con la frontera norte.
El paroxismo en el rating de tu vida inerme. Importas, interesas, apasionas. Me niego a pensar que nunca terminaste de leer un libro si el uso de las masas hoy está en tus manos. Me niego a creer que uno pueda enamorarse en función de tus canciones. Pero pasa. Bebiste agua de pueblo y la filosofía popular acaba con teorías intelectuales. El intérprete de sí mismo logra comunicar lo que nadie y vivió en aislamiento, como todo buen triunfador.
Disfruta de tu día, Juan Gabriel.
Twitter: @Braulio_Peralta