Durante los más de dos años que duró la renegociación del T-MEC, el gobierno contó con un equipo de 300 especialistas, empresarios de diferentes sectores y analistas que evaluaban, daban ideas y opciones a cada uno de los ítems que requerían revisión.
Lo bautizaron ‘el Cuarto de Junto’ del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales y funcionaba como el ‘cuarto de guerra’ de cualquier país en conflicto: un equipo de expertos dedicados exclusivamente a cubrir todos los flancos que demanda una crisis. A aquel equipo multisectorial lo presidía el empresario textil Moisés Kalach. Todos los costos de esta enorme estructura (viajes, estudios, horas de cabildeo) las cubría el sector privado, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Cuando las negociaciones se pusieron difíciles en el sector automotriz, por ejemplo, este equipo “SWAT” aportaba una batería de datos, análisis, escenarios, soluciones para sentarse a trabajar con información y creatividad en las 30 mesas de negociación que demandó el TLC.
Estamos ante una contingencia sanitaria tan profunda y compleja como la de aquella negociación. Y no afecta solo a México: no hay un solo país del mundo que no haya recibido las esquirlas de esta bomba viral que explotó en China.
¿Por qué no se ha montado aún un Cuarto de Junto de la IP para aportar propuestas técnicas sólidas y bien fundamentadas gracias al know how de los mejores directivos mexicanos? ¿Por qué no hay un equipo de comando formado por el o la mejor directora de logística del país, el o la directora de Recursos Humanos más capaz de la mayor multinacional mexicana, el mejor CFO, COO, CTO disponibles para crear un paquete de medidas multifactoriales que nos ayude a salir con menos moretones de este choque?
Si logramos apantallar (como me confirmaron los propios negociadores de la Secretaría de Economía) a los funcionarios estadunidenses y canadienses a la hora de buscar soluciones inteligentes a las controversias, ¿por qué no están nuevamente trabajando para capotear esta crisis que comenzó siendo sanitaria y ahora también es financiera?
Vivimos en una país que tiembla (y seguirá temblando). Si existiera un ‘grupo élite del sector privado’ altamente preparado para estos escenarios podrían activarse (como Los Topos) ante el próximo sismo o ante la próxima temporada de huracanes.
La actividad económica se frena, y como dato, en pocas semanas 30 millones de personas que trabajan en pequeñas empresas de entre 10 y 250 empleados corren el riesgo de no cobrar sus quincenas. El efecto dominó es inmediato y profundo.
Que aún no exista este Cuarto de Junto ¿es porque el sector privado no ha tenido el suficiente liderazgo para montarlo sin importar los costos políticos que pueda generar o porque el sector público no ha tenido el suficiente temple para abrir las puertas, escuchar otras ideas, otras estrategias y otras soluciones?
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@ba_anderson