Claudia de Heredia, Jennifer Marquard y Claudio del Conde tenían hace un par de años una agencia digital (hacían sitios web y plataformas móviles) que empezó a tener muchos pedidos de Pyme que querían sumar "el carrito" de venta en línea en sus portales.
La mayoría de ellas fracasaba en sus intentos por vender en línea, algunas por falta de experiencia en la parte de pagos y otras en la logística de entregas.
Ellos decidieron hacerle la vida más fácil y concentrar en un solo espacio a todos aquellos que querían vender y encargarse de esa parte complicada de dinero y despacho.
Así nació Kichink (cual onomatopeya de caja registradora) y hoy ya tiene 50 mil tiendas "bajo el mismo techo", lo que la convierte en la empresa de e-commerce más grande de México. Fedex es su socio estratégico en la parte logística.
"Creemos que igual, así como se ha democratizado la información gracias a internet, el comercio debía también democratizarse; una inclusión comercial vía comercio electrónico", me decía la propia Claudia Herrera mientras prepara sus maletas hacia la meca del mundo digital. Junto con otras 10 empresas del mundo fundadas por mujeres estarán en Google para un evento de presentación para potenciales inversionistas. Se trata de un concurso donde se presentaron más de 500 firmas de 40 países. "Nuestra idea es buscar una primera ronda de 5 millones de dólares", afirma Herrera, quien el 9 de diciembre presentará este verdadero tianguis digital ante potenciales mecenas en San Francisco.
Hoy, Kichink hace en promedio unas 2 mil operaciones al día con un crecimiento de cinco veces su tamaños solo entre 2014 y 2015.
El mix de clientes —de vendedores— es interesante: 80 por ciento son Pyme de diseñadores, creativos o artistas, y 20 por ciento son corporativos grandes, como Avon o Braun.
"Es un gran negocio, somos una de las startup de más rápido crecimiento en el país", agrega la fundadora.
¿Cuál es la expectativa con la ronda de inversión en California? Los planes son expandirse a otros países de Latinoamérica. Con una fórmula probada, con un socio como Fedex y con experiencia en sistemas de pagos, la intención es replicar el modelo en Chile y Perú, que son países con las mismas necesidades en e-commerce que las que tenía México allá por 2012, cuando la caja de los tres emprendedores hizo Kichink.
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