Un año y medio duraron las negociaciones entre los directivos de la empresa portuguesa Mota-Engil y Martín Esparza, del Sindicato Mexicano de Electricistas, hasta que terminaron formando una sociedad que sorprendió a más de uno.
“Tenía que ser un deal que le generara tranquilidad a los trabajadores y a los inversionistas. Nosotros cumplíamos todos los requisitos para que la alianza se pudiera dar, sobre todo la parte de inversión”, dice João Parreira, CEO para América Latina de Mota-Engil. “Creo que hemos logrado hacer un acuerdo, una alianza que se puede extrapolar a otros sindicatos”, abunda.
Energía es uno de los pilares de negocios de Mota-Engil a escala global, un consorcio con presencia en Europa, África y Sudamérica que también se dedica construcción, infraestructura, turismo y agua/medio ambiente. Su experiencia fuerte está en África, aunque también cuentan con concesiones de hidroeléctricas en Perú.
La sociedad sindical-privada se bautizará Fénix, “porque es verdaderamente un renacimiento”, señala el ejecutivo portugués.
El mayor desafío será refuncionalizar las instalaciones que tenía bajo su administración Luz y Fuerza del Centro: 2 centrales hidroeléctricas (Necaxa y Lerma) de 150 MW cada una y 11 pequeñas centrales de entre 1 y 5 MW. “De las pequeñas, ninguna está en operación, todo está abandonado. Primero las reconstruiremos, luego reconvertiremos las de Necaxa y Lerma, y en tercer lugar construiremos una nueva central”, explica João Parreira. Solo las minihidroeléctricas demandarán una inversión de 5 mil millones de pesos en tres años.
La obra en realidad es una intervención a la Termoeléctrica de Lechería. Esta es una infraestructura vieja que el gobierno decidió demoler y que la nueva sociedad levantó la mano para reconstruir. Será una nueva planta de ciclo combinado con inversión 100 por ciento privada cercana a los 2 mil mdd.
Entre esta nueva planta y el conjunto de centrales que volverán a reactivar, sumarán una producción total de mil 700 MW. ¿A que equivale? Aproximadamente a toda la energía que hoy produce la central hidroeléctrica Chicoasén (Chiapas). Para poner en contexto, hoy México tiene capacidad instalada para producir 54 mil MW.
Con la alianza con el SME, con fondos frescos para comenzar las reformas en las plantas y con know how importado de los otros países en los que operan, Mota-Engil asegura que serán la primera empresa privada que saldrá a vender energía a partir del 1 de enero de 2016.
“Con este nuevo negocio, México se convertirá en nuestro tercer mercado global después de Portugal y Angola”, resume João Parreira desde su oficina del DF.
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