Recientemente tuve la oportunidad de viajar a Medellín, en representación de la Universidad de Guadalajara, invitado como ponente para disertar en la Universidad de Medellín sobre la narrativa como instrumento de comprensión del territorio urbano y rural. Nada más llegar me recibió el coordinador de la Maestría en Educación de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Juan Camilo Vásquez Atehortúa. A los dos minutos de conocernos, ya estábamos haciendo planes académicos de futuro. Como llegué el jueves y mi intervención era el sábado por la tarde, tuve tiempo de escuchar ponencias y de conocer la ciudad. Él me adjuntó a un grupo, ese mismo día, de profesores brasileños capitaneados por dos profesores del centro, Liliana Paola y Kevin, un encanto de personas. La excursión consistía en visitar la Comuna 13, algo parecido a una favela donde en tiempos pasados hubo guerrillas, muertes, violaciones y todo conjunto de actos deplorables que puede realizar el ser humano. Sobre todo en tiempo de Pablo Escobar aquello fue hasta nido de sicarios.
Íbamos todos con un poco de miedo, llegamos en taxi a una estación de tranvía donde conocimos a Catalina, un ser encantador que no tardó mucho en contarnos su trágica historia. A aquella mujer con cara de niña se le saltaron las lágrimas cuando nos narró que perdió a sus padres y creo que a un hermano. Aquella guerra fratricida de luchas, de guerrillas la dejó huérfana con otra hermana menor. Ahora habían creado algo denominado Casakolacho, que contaba hasta con una emisora de radio, y habían montado un paseo llamado Graffitour.
John Fernando Restrepo Tamayo, decano de la Facultad de Ciencias Sociales dirige y presenta un programa de TV cuyo plató es en estos días la Biblioteca de la Universidad. Hablo de algo muy profesional, con muchas cámaras, productor, realizador, una especie de televisión cultural de lujo. Yo tuve la suerte de ser entrevistado durante una hora aproximadamente. Para mí fue uno de las entrevistas más inteligentes y mejor estructuradas que me han hecho en la vida. Como él se sabía mi currículum de memoria, hasta mis líneas de investigación, quiso ponerme con buena voluntad en un aprieto y salí de él casi sin darme cuenta.
Me preguntó qué eran los procesos creativos que yo afirmaba estar estudiando. Ya le expliqué que había llegado a la conclusión de que una mente por muy opaca que sea se puede abrir porque existen instrumentos para hacerlo. Esa mente se abre y utiliza elementos creativos en la elaboración de sus pensamientos. Incrédulo me dijo que yo no querría desvelar esas herramientas existentes para estimular ese proceso. Y le contesté muy tranquilo que Medellín era un ejemplo de aplicación de la creatividad.
Ahí empezó mi disertación: ustedes lo han conseguido en la Comuna 13, por ejemplo, ya que han utilizado un derroche de elementos creativos para conseguir la paz. Por un lado, el proceso de creación grafitera, donde grandes artistas logran recordar con imágenes el pasado y el presente de la zona. Por otra parte, la música en vivo que acompaña a los grupos que suenan y le dan vida a aquellos cerros de pobreza humanizada, y el tercer elemento y más importante es la voluntad de instaurar la paz entre todos los vecinos, que se integran a través de tienditas artesanales, sonrisas y olvido, el barecito de las Berracas. El olvido no es fácil, pero con él se elimina el odio y la venganza. Los muertos ya no van a resucitar, creemos una nueva zona, un lugar para la paz. Este proceso creativo es de los más bellos que observé en mi vida. Sólo por eso ya mereció la pena el viaje. Hasta lo más difícil, lo más imposible puede transformarse si se utiliza adecuadamente la creatividad. Si el mundo se empeñara en ser creativo no habría tiempo para la guerra. ¡Viva Medellín! ¡Viva la creatividad de la Comuna 13! John Fernando Restrepo me miraba con ojos incrédulos cuando le contesté con este ejemplo, pues él también quería saber si la creatividad podía aplicarse a la mercadotecnia o a las matemáticas, y yo le dije que podía aplicarse a todo en la vida porque forma parte del ser humano.