La India le da elegancia este año a FIL. Gente educada, amable, seria, que sabe lo que se trae entre manos. Los veías haciendo negocios con una sosegada tranquilidad. Exponen sus libros maravillosos de estampas donde lo orífico maravilla. Les preguntabas por cantantes o escritores que los de aquí creemos famosos y ellos sonríen y se encogen de hombros y dicen: esos no son famosos en India. Son tales otros, y eso nos descubre el significado del desconocimiento que produce la lejanía. Lo mismo que en ediciones pasadas Andalucía fue un éxito absoluto y Madrid un fiasco monumental, estas cosas no ocurren en la India. Ellos traen a sus mejores poetas, a sus mejores novelistas, pero siempre que radiquen en su patria. Si viven en Inglaterra o en Nueva Zelanda, piensan que son escritores que deben ir representando a esos países donde radican.
Me encanta de México, de Guadalajara y de la FIL su carácter internacional, su amor por los idiomas extranjeros. Eso que puede sonar a subordinación es simplemente sabiduría, conocimiento, afán de hablar otros idiomas para conocer mejor el mundo. En Estados Unidos o en Reino Unido y también ocurre en Francia o en Canadá, tienes que saber su idioma. Difícilmente ponen intérpretes para otros idiomas, pero el mexicano se empeña en aprender inglés y deja que sus invitados se expresen en inglés y los oyentes debemos saber ese idioma por obligación, pues se considera que forma parte de la cultura. La única pega que pongo es que no es recíproco. El habla española, la tercera del mundo después del chino mandarín y del inglés, debe respetarse y el extranjero debe aprenderla y si viene a México debe hablar español, esforzarse al menos para que lo entiendan en español. Ese detalle lo observé el otro día cuando Marisol Schulz y un señor hindú muy simpático y serio presentaron una espléndida exposición en el Museo de Artes Regionales de la calle Liceo presentaron la muestra. Afortunadamente la señora Schulz habló orgullosamente en su idioma natal y el señor hindú lo hizo en un inglés que se entendía perfectamente, pero no había traductor.
Me encanta la FIL porque la gente compra miles de libros, porque el entusiasmo por la lectura es gigantesco. Al menos se compra, luego ya veremos si se lee o no. La fiesta de Filias está servida. El encuentro entre colaboradores de Notivox es una gran idea y sirve para reanudar encuentros y para hacer nuevas amistades. Somos una familia gigantesca ya. El hotel Demetria es el lugar elegido para los invitados de lujo. Que la FIL una amistades y nos abra al mundo del conocimiento