Política

“SPOTS” ELECTORALES, “SPOTS” DE ODIO

Ahora sí ya me asusté. No puedo creer el bajísimo nivel de la mayoría de los “spots” electorales que intoxican la programación de nuestros canales de televisión y de nuestras estaciones de radio.

Me parece imperdonable que, por un lado, tengamos esto y que, por el otro, los medios, gracias a las nuevas leyes, estén limitados para entrevistar políticos, para tocar ciertos temas o para decir ciertas cosas.

¿En verdad creen, quienes inventaron esto, que así vamos a tener una democracia más sólida?

¿En verdad están seguros de que así, y sólo así, es como la gente va a obtener la mejor información para decidir por quién votar este verano?

¡Pobre televisión! ¡Pobre radio! No me quiero imaginar el impacto de estas producciones en los “ratings” sobre todo ahora que las cosas están tan mal por culpa de la crisis económica.

No, pero esta historia se pone peor. ¡Pobre público! No me quiero imaginar el impacto de estas estrategias en el sistema nervioso de las audiencias de 2021, todas deprimidas, llenas de ausencias, de dolor y de problemas de todo tipo.

Son un insulto, una invitación a no exponerse a los medios, a no votar, a mandar todo al diablo.

Usted nada más póngase en los zapatos de una familia que está luchando por medio desayunar mirando la tele cuando, entre cucharada y cucharada, le ponen un “spot” con un cirujano bañado en sangre arrojando a la basura un feto en una bolsa de plástico.

¿Qué hace uno en esos casos? ¿Vomita o qué? ¿Qué le dice a las hijas chiquitas cuando preguntan por esa imagen? Es real.

¿Por qué nuestras autoridades electorales, tan justas e imparciales, permiten que esta clase de secuencias se transmitan en horario familiar? ¡Por qué!

¿Y qué me dice de las groserías? Ahí estamos muchos padres luchando por educar a nuestros hijos, pidiéndoles que respeten a los demás, que no digan groserías.

¿Y qué es lo primero que sale en los “spots” electorales? Que si “la chingada” de “la chingada” que nos vamos “a la chingada” y todo como un chiste negro.

Perdón, pero si a mí como comunicador profesional me prohíben utilizar ese vocabulario cuando salgo al aire, ¿por qué la autoridad electoral se lo permite a los partidos políticos? ¿Eso qué tiene que ver con democracia?

Eso es odio y si México fuera un país justo, no tendríamos los “spots” que tenemos en este momento porque son pocos, verdaderamente muy pocos, los que no promueven el odio.

Analícelo con detenimiento. Millones de mujeres y de hombres hoy, en nuestra vida diaria, por culpa de la pandemia y de todo lo que trajo, tenemos que lidiar con cualquier cantidad de odios cotidianos.

Que si en el transporte público, que si en el mercado, que si en el trabajo.

A eso le debemos sumar decenas de odios mayúsculos que están explotando por todos lados.

Que si la violencia de género, que si el racismo, que si el clasismo.

¿Y qué pasa cuando uno enciende la radio o pone la tele para relajarse? Se tiene que chutar una avalancha de mensajes que nos invitan a llenarnos de todavía más odio.

¿De qué se trata? ¿De que nos desquitemos con los demás? ¿De que nos suicidemos?

¿Cómo quieren los responsables de estas campañas que uno saque la casta si todo el tiempo le están diciendo que vivimos en una pesadilla?

¿Cómo quieren que uno se sienta orgulloso de ser mexicano si a cada rato le dicen que este país es una porquería que no se para de hundir?

¿Pero sabe qué es lo más ridículo de esta historia? Que esas creativas, que esos creativos, son los mismos que inmediatamente después nos ponen un “spot” de lo hermoso que es México, de lo grandes que somos y de lo mucho que valemos todos entre amaneceres, música y cancioncitas.

A ver, decídanse. O estamos bien, o estamos mal. Pero no puede ser que primero nos digan una cosa y luego, otra.

Por eso la primera reacción de cualquier persona, ante esto, es el rechazo. Por eso nadie les cree. ¡No se lo están tomando en serio!

Ahora sí ya me asusté. Llevo todo el año reportándole, domingo a domingo, las estrategias de comunicación que miles de personas estamos padeciendo rumbo a las elecciones de este verano.

Y si las cosas estaban mal, ahora están peor. Tenemos al aire las peores campañas políticas de todos los tiempos, peores que las de 2018 que ya se habían ganado este título.

Algo me dice que si no hacemos algo, al final de esta historia, este escandaloso derroche económico y este uso tan equivocado de los medios de comunicación le van a pasar factura a toda la nación.

Sí, a toda la nación: a los candidatos, a los partidos, a las autoridades electorales, a la televisión, a la radio, a los anunciantes y, por supuesto, a la ciudadanía. ¿O usted qué opina?

Álvaro Cueva

Google news logo
Síguenos en
Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • [email protected]
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.