¿Se acuerda que hace alguna semanas le recomendé que fuera al Zócalo de la Ciudad de México a vivir “Memoria luminosa”? Amé muchísimo ese espectáculo.
Bueno, con la misma euforia, con el mismo entusiasmo, hoy le quiero recomendar que luche con todas sus fuerzas por ir al Museo Franz Mayer a vivir “Japón: del mito al manga”.
Por un lado, se trata de una exposición histórica. Por el otro, de una experiencia gozosa, familiar. Le garantizo que sus niñas, que sus niños y que usted saldrán flotando de felicidad.
Hablemos del carácter histórico. ¿Qué es “Japón: del mito al manga”? El más hermoso acto de amor que jamás se le haya hecho a la cultura japonesa en nuestro país.
¿Qué tiene esto de histórico? Que se trata de una propuesta que, de origen, viene del legendario Victoria & Albert Museum de Londres.
El Victoria & Albert es uno de los museos especializados en diseño más importantes de todo el mundo.
Ésta es la primera vez que una exposición del Victoria & Albert se presenta en México y el resultado, enriquecido con el inigualable talento de la gente del Franz Mayer, es memorable.
Tenemos la colaboración del Museo del Juguete Antiguo México, de la Friki Plaza, de marcas de sake, de marcas de matcha.
Si usted pensaba que lo que sucedió en 2024 con la exposición de “31 minutos” había estado increíble era porque no había visto esto que coexiste con la exposición de “Pierre et Gilles”, con las fotografías ganadoras del “World Press Photo” y con la belleza de ese portentoso edificio del siglo XVI.
Las japonesas y los japoneses se deben sentir profundamente honrados con lo que está pasando en el Frank Mayer porque se siente el amor, se siente el respeto y, lo más bello de todo, se siente la vocación.
¿Me creería si le dijera, por ejemplo, que los espacios están diseñados para que las niñas y los niños, sin importar su tamaño, puedan disfrutar de cada pieza?
Vamos desde una de las impresiones originales de “La gran ola” a los Ternurines pasando por piezas antiquísimas, tambores que deben ser tocados por el público, películas, juguetes, ropa y aparatos.
A esto súmele las conferencias, los talleres de origami y la invitación a que los visitantes dibujen sus propias mangas.
¿Cuál es la nota? La relación que las audiencias pueden encontrar entre una pieza del Japón de hace muchos siglos y un alto porcentaje de los objetos de nuestra vida cotidiana, un alto porcentaje de los contenidos que nos han alimentado desde nuestra más tierna infancia.
Cada persona, de cada generación, conecta con alguna de estas 150 obras de arte. Si no es con la literatura es con Hello Kitty. Si no es con la pintura es con Astroboy. Si no es con el cine es con Nintendo.
Si no es con la música es con “Sailor Moon”. Si no es con la moda es con “One Piece”. Si no es con la naturaleza es con Pikachú.
Es muy emocionante ver en un museo, en un museo de verdad, en uno de los mejores museos de México, Transformers de los años 80 pero es más emocionante aún ver que no hay divisiones culturales.
Aquí, en contraste con lo que nos decían antes, no hay “alta cultura” y “cultura popular”. Aquí cultura es cultura.
Si usted es una chica que hace “cosplay”, vale igual que la señora que le ha dedicado toda su vida a estudiar los “netsukes”. “Japón: del mito al manga” nos une.
Mi mejor recomendación es que programe su visita con tiempo y que adquiera sus boletos en línea para que garantice su entrada y para que le saque todavía más provecho a ese momento familiar. Le va a gustar. De veras que sí.