En este espacio me he dedicado a criticar todos los “spots” que he podido de todos los candidatos de todos los partidos sin importar mis inquietudes políticas.
Lo mismo hice pedazos un “anuncio” de Claudia Sheinbaum que me desviví en elogios con uno de Clara Brugada. Las cosas, como son.
Si no, esto no funciona. Si no, esto no sirve.
Hoy toca el turno de Santiago Taboada, candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México por el PAN, el PRI y el PRD.
¿Qué le puedo decir de la comunicación de este señor? Que es fantástica.
Santiago no es sólo un gran personaje mediático, no sólo tiene una presencia espectacularmente magnética y no sólo posee una narrativa contundente. Sus “spots” están muy bien escritos y muy bien producidos.
Yo no sé si don Santiago acabe gobernando la capital del país en este 2024. Lo que sí le puedo decir es que le espera un futuro inmenso en el contexto de la política nacional.
Hoy, cuando todos nos quejamos de que ya no hay personajes carismáticos en este negocio, Taboada llega como una refrescante alternativa.
Y lo más interesante es que no llega por el lado de la izquierda, llega por el lado de la oposición como un hombre joven, blanco, güero, heterosexual, preparado y bien portado.
Hablemos de uno de sus “spots”. No le pregunto si lo ha visto o si lo ha oído porque es obvio que, de tan bueno, ya hasta se lo debe saber de memoria.
Contrariamente a la tradición del PAN, el PRI y del PRD, es el “comercial” más austero y sencillo del mundo.
Todo el “show” consiste en ver a Santiago Taboada hablándole directamente a la cámara como parte de un grupo que está manifestándose en alguna calle de la Ciudad de México.
A veces las tomas están muy cerradas sobre su rostro. A veces nos dejan ver a las personas que lo acompañan (que no son muchas pero que están tan bien colocadas que sí comunican lo que tienen que comunicar).
El caso es que cinematográficamente es justo lo que nunca nadie hubiera esperado ni del PAN, ni del PRI ni del PRD y por eso funciona.
Es un grupo de oposición manifestándose en las calles a brazo partido justo como lo hacía antes la izquierda. Esto que le estoy diciendo es muy fuerte, muy poderoso, muy efectivo.
Va precisamente por el público que alguna vez votó por la izquierda. Va por el gran público de la capital.
El texto es una joya. Por favor ponga atención: “Hoy la ciudad no funciona”.
Como entrada, es una provocación magnífica. No hay manera de escuchar eso y de no detenerse a escuchar. ¡Cómo que no funciona! ¡Qué es lo que no funciona!
Funcione o no funcione la Ciudad de México, cualquier cosa que venga después de esa frase será un bombazo porque nos confrontará, nos tratará de convencer de algo. ¡Democracia total!
Don Santiago dice: “La inseguridad, la falta de agua y un metro que se cae a pedazos”.
Fíjese qué inteligencia. Estas tres frases no dicen nada, pero lo dicen todo. Uno, mentalmente, las completa.
“Inseguridad” puede ser desde un asesinato hasta “me miraron feo”. Todos hemos sido “víctimas” de inseguridad sin importar dónde vivamos.
“Falta de agua”, igual. A lo mejor tenemos agua. A lo mejor, no. Pero como todo el mundo habla de eso, incluso en Australia, pues sí. No hay forma de discutirlo.
“El metro que se cae a pedazos”. ¿Puede haber un remate más perfecto que éste?
¿Por qué? Porque recuerda lo que sucedió alguna vez, en alguna línea, pero aplica para todo:
Si usted pasó por las obras de la Línea Uno y vio cascajo, si usted quiso comprar boletos y no pudo, si el tren tardó en llegar. A cada quien se le “cae” el metro en pedazos como quiera, pero sí se nos invitó a pensar.
En eso, Taboada agrega: “Pero ya nos quitamos la venda de los ojos”.
Esto es genial y la razón es muy simple: no es que las multitudes se hayan dado cuenta de algo. Es reconocer a las audiencias, elogiarlas, apapacharlas.
Esta afirmación equivale a: tú eres listo, tú sí sabes, mereces lo mejor. ¿Quién, en su sano juicio, no diría que sí?
Pero lo mejor es lo que viene después: “Recuperaremos nuestra ciudad. Nos tienen miedo. Se encierran. Se esconden. Pero ni con sus claras incompetencias van a detener el cambio que viene”.
No sé usted pero yo jamás había oído que hubiéramos “perdido” la Ciudad de México. Eso coloca al público como un mártir, como alguien al que lo han tratado mal. Da coraje.
Lo del miedo, el encierro y lo demás o no es cierto o no se entiende, pero no importa porque la ciudadanía viene tan “caliente” después de haber escuchado esto que comienza a echar a volar la imaginación.
Lo de las claras incompetencia es el equivalente, hoy, a “es un peligro para México”, pero es tan ingenioso que hasta pudiera sonarle divertido a muchas personas.
Es una falta de respeto que no es una falta de respeto.
¿Y qué me dice de lo del cambio que viene? Es una afirmación. Nadie está pidiendo nada. Nadie está preguntando. ¿Así o más admirable?
Sí, se vuelve más admirable. Fíjese en el remate: “Somos la resistencia, somos el cambio”.
No sé usted, pero yo siempre, por la generación a la que pertenezco, consideré que la resistencia venía de la izquierda.
Que la derecha, hoy, utilice las herramientas que la izquierda abandonó quién sabe por qué, sí seduce, sí sacude, sí invita y, lo más atractivo de todo: manda un mensaje bastante crítico.
El “spot” acaba con la voz de un hombre diciendo: “Santiago Taboada. Candidato a Jefe de Gobierno. El cambio viene. Coalición Va por la Ciudad de México.”
A esto se suma la voz de una mujer que concluye: “Vota PAN”.
Ya casi nadie contrata la voz de locutores hombres para esta clase de piezas. Aquí, sí. Y lo más bonito: nadie se olvidó de las mujeres. Es una mujer la que cierra.
Mujeres y hombres juntos, no separados. ¡Qué buen “spot”! ¿O usted qué opina?