Lloré, lloré y lloré. Qué cosa tan más hermosa, tan más desgarradora, tan más divina, el final de la segunda temporada de la serie The Mandalorian de Disney+.
Ni remotamente le voy a vender trama, pero le puedo garantizar que se trata de una de las sorpresas más grandes de 2020, de uno de los momentos más icónicos de la historia de la televisión, de un estremecedor arrebato de júbilo para los fanáticos de Star Wars.
En el muy remoto caso de que usted no lo haya visto, le voy a hacer una recomendación: quédese hasta el final de los créditos porque hay una secuencia de locura que remata con un aviso todavía más maravilloso.
¿Cuál es la nota? La promesa cumplida de Disney+ de potenciar los contenidos de marcas tan sagradas como Star Wars a través de la producción de contenidos originales.
¿Por qué? Seamos sinceros: le guste a quien le guste, le moleste a quien le moleste, no es lo mismo cine que televisión, aunque sea en streaming.
La más cara de las series del mundo es poco en comparación con cualquiera de las grandes sagas cinematográficas de la historia y no hablo sólo de presupuestos.
El hecho de que un sistema de distribución de contenidos en línea como Disney+ pueda crear series que sostengan el nivel editorial, emocional y de producción de las sagas cinematográficas es muy relevante, es histórico.
Por lo que más quiera en la vida, luche con todas sus fuerzas por ver The Mandalorian y por llegar al final de su segunda temporada. Lo reto a que no llore de la emoción. Le va a encantar. De veras que sí.
¡Felicidades, Disney+! ¡Lo conseguiste! ¡Así se hace! ¡Vamos por más!
Soy el naco, más naco de todos los nacos y a mucha honra. ¿Por qué se lo digo? Porque en cuanto apareció el anuncio en mi Amazon Prime Video, dejé de hacerlo todo, lo vi y lo gocé como animal.
¿De qué le estoy hablando? De Home Office, un especial de Mirreyes contra Godinez, la cosa más chistosa que me pudo haber pasado.
Amo el cine mexicano, desde los más sofisticados títulos experimentales hasta las más comerciales comedias románticas.
Creo que tenemos una industria preciosa llena de talento y de conceptos divertidísimos como Mirreyes contra Godínez, una cinta que retrata con un humor particularmente delicioso la vida de millones de oficinistas.
Imagínese, por favor, toda esa comedia, todos esos personajes y todas esas situaciones alrededor del “home office” en tiempos de covid-19.
Yo no podía parar de reír. ¡Qué buenos chistes! ¡Qué extraordinaria manera de contar todo lo que nos ha pasado! ¡Qué gran retrato de los mirreyes, de los Godínez y de las oficinas hoy!
Para no hacerle el cuento largo, yo me sentí balconeado porque prácticamente todo lo que está puesto en pantalla, es lo que me ha pasado en el encierro y en mis juntas por Zoom.
Home Office, un especial de Mirreyes contra Godinez es mi vida y seguramente la de muchas personas. El final, por cierto, es muy dulce.
Felicidades a esos grandes actores, a su director, a sus escritores y, en general, a todos los involucrados porque, además, lo hicieron en plena pandemia y lo hicieron bien.
Luche por ver ya, también, Home Office, un especial de Mirreyes contra Godinez. Dura poco menos de una hora. Le va a encantar. De veras que sí.