Espectáculos

‘La Voz México 2020’

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Es una porquería. Lo siento. No lo puedo decir de otra manera. Se me hace una auténtica porquería la nueva edición de La voz México, la que se está transmitiendo por Azteca UNO.

No puede ser que Dios te dé uno de los mejores formatos de televisión real del mundo, que se lo hayas quitado a Televisa y que lo desgracies.

La voz es espectáculo, derroche, talento, prestigio, suspenso, ilusión.

Esto que estamos viendo por accidente en la otrora pantalla más importante de TV Azteca es flojera, miseria, mediocridad, chamba, depresión.

Veo la producción, me acuerdo de lo que la misma televisora del Ajusco hacía antes, me acuerdo de lo que Televisa nos ofrecía los domingos, y siento que estoy viendo un trabajo escolar, una parodia.

Es televisión abierta privada nacional.

Es la segunda cadena más poderosa de México. ¿Dónde está ese peso? ¿Dónde está ese poder?

No me cabe en la cabeza que los responsables de este formato no hayan sido capaces de juntar voces que nos digan algo, que nos cautiven, que sirvan.

Esta Voz México es como un programa de aficionados de televisora local chafa. No se vale.

Y, ojo, me duele porque Belinda, María José, Ricardo Montaner y Christian Nodal son personalidades inmensas que se merecen todo nuestro respeto.

¿Pero de qué sirve tenerlas si no les dan las herramientas para que ellos mismos se emocionen, para que se involucren, para que se la crean?

Los cuatro se deben sentir pésimo al ver que les pusieron de conductores a unos “nadies” que solo Dios sabe por qué los colocaron ahí.

La voz México es una gala. Veníamos del recuerdo maravilloso de la gran Jacqueline Bracamontes, de la profunda identidad y cariño que todos sentíamos por Ximena Pérez La Choco.

Nada que ver entre esto y Eddy Vilard y Sofía Aragón. Perdón, no dudo que sean buenas personas y que con el paso del tiempo construyan una carrera interesante, pero ese espacio no era para ellos hoy.

A ojo de buen cubero, este programa está al aire porque había que cumplir con un contrato y nada más. Todo está hecho como al vapor, sin compromiso.

¿En qué cabeza cabe que las familias mexicanas se la estén pasando pésimo por culpa del covid-19 y la crisis económica, y que esta emisión no aproveche para lucirse en términos editoriales?

Se necesita estar ciego para no hacer llorar a las multitudes hoy con unas voces deliciosas, para no contar historias con las que el público pueda empatizar en este momento, para no hacerle un homenaje a nuestros héroes de la pandemia.

Y si la bronca es que el patrón piensa diferente, no pasa nada. Siempre hay forma de ser positivo, de ayudar a los demás, de atender a las audiencias, no a los contratos.

No, y no le he dicho lo peor: la programación. No hay manera de darle seguimiento a esto porque la gente que está detrás de La voz México es tan arrogante que piensa que el público los va a perseguir el día y a la hora que se les dé la gana, y pues no.

La televisión abierta es un negocio de hábitos y costumbres. El televidente no trabaja para la televisión, la televisión trabaja para el televidente.

¿Ahora entiende cuando le digo que esto es una porquería? Y me vi light porque si me voy detalle por detalle, no acabo nunca. ¿O usted qué opina?


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
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  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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