Espectáculos

"El amor no tiene receta"

Son historias de madres de familia que luchan. ESPECIAL
Son historias de madres de familia que luchan. ESPECIAL

Hoy es un día importante para todos los que amamos las telenovelas mexicanas.

Esta noche volveremos a ver una historia original, una historia original escrita por mexicanos, para mexicanos y de México para el mundo.

Se llama “El amor no tiene receta” y es increíblemente buena, hermosa y poderosa.

Se lo voy a preguntar tal cual: ¿Qué tienen en común muchas de las más memorables telenovelas latinoamericanas de todos los tiempos como “Simplemente María”, “Colorina” y “Vivir un poco”?

Que el punto de partida es la maternidad. Son historias de amor, sí, pero más que eso son historias de madres de familia que luchan por recuperar a sus hijos, por protegerlos, por darles todo su amor.

Y son así porque así son las mamás latinas, las mamás mexicanas, porque así son las mamás que miran Las Estrellas.

“El amor no tiene receta” apela exactamente a lo mismo. Cuando usted mire todo el amor de esa figura materna protagónica quedará tan cautivado como yo.

Y es que aquí, enriqueciendo todo lo que se ha hecho en la historia de las telenovelas, se suma la figura de un papá protagónico que está luchando por algo más que lo que veíamos en los melodramas de antes.

El galán de esta historia creada por Pablo Ferrer (“Mi marido tiene familia”) y Santiago Pineda (“Mi marido tiene más familia”) es un hombre que pelea por sus hijos, un papá cuya meta es mantener unida a la familia.

Volvemos a lo mismo. Así es exactamente como son los padres latinos de hoy, como son los padres mexicanos en la actualidad, como son los papás que miran Las Estrellas. ¿Ahora entiende la magia detrás de este proyecto?

Si usted pensaba que Juan Osorio estaba en una cruzada por devolverle la dignidad a las telenovelas de la noche tal y como quedó demostrado el año pasado con “El amor invencible” era porque no había visto esto.

Aquí no sólo está poniendo sobre la mesa toda su experiencia, todos sus contactos y todos sus recursos. Está poniendo el alma. Está poniendo una historia original.

Por favor no me malinterprete. No es que otros grandes productores como Rosy Ocampo y Carla Estrada no le hayan ofrecido contenidos nuevos a las multitudes en los últimos años ni que una telenovela sea superior o inferior a otra.

Es que esto tiene un componente emocional muy bonito. Cuando usted lo mire, lo comprenderá.

Cada escena está “bordada” por el talento excepcional de Edgar Morales y Bonnie Cartas, los mejores directores de telenovelas que tenemos en México.

Y cuando digo “bordada” es porque a la construcción de personajes y a los trazos escénicos se le suman momentos de alta cinematografía que sin traicionar el género de la telenovela hacen que uno sienta planeación, vocación, calidad.

Si no es el reflejo de una imagen en los ojos de la protagonista, es el fuego emergiendo de la silueta de la villana o las cámaras mostrando lo que pasa, al mismo tiempo, tanto en el interior como en el exterior de una habitación con vista al mar para crear un efecto dramático.

Todo está tan cuidado que da gusto ver este melodrama seriado. Fíjese en las sutilezas del vestuario, en el color de las uñas, en la luz, en los acordes de la musicalización.

Y todavía no le hablo de las actuaciones. Todos en esta emisión hacen un trabajo exquisito.

Desde nombres fundamentales de la industria de la telenovela como Claudia Martín (“Vencer la culpa”), Daniel Elbittar (“La herencia”) y Altair Jarabo (“En nombre de Dios”) hasta inmensos nombres del mundo de las series como Luz Ramos (Jenni Rivera), Hugo Catalán (“El juego de las llaves”) y Liz Gallardo (“Madre sólo hay dos”).

Sin contar, claro, a las primerísimas figuras del espectáculo como Azela Robinson, Beatriz Moreno y Juan Carlos Barreto, y varias agradabilísimas sorpresas como Coco Máxima y Nicola Porcella.

No le voy a vender trama de lo que va a ocurrir en el episodio de hoy porque me interesa mucho que lo vea, que lo viva. Es muy interesante cómo está planteado, cómo inicia, cómo acaba y la cantidad de cosas que pasan por minuto.

Esa primera escena tan desconcertante me recordó mucho el inicio de “La dueña” de 1995. Esa manera de cerrar con fotos de las mejores escenas del capítulo hizo que me acordara de la transmisión original de “Cuna de lobos” en 1986.

Le juro que esto es un viaje suculento por muchísimas ideas, por muchísimas emociones. A mí, me tocó el alma.

Hoy es un día importante para los que amamos las telenovelas mexicanas.

Luche con todas sus fuerzas por ver el estreno de “El amor no tiene receta” a las 20:30 por Las Estrellas. Le va a gustar. De veras que sí.


Google news logo
Síguenos en
Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • [email protected]
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.