1. Delegados sin acción ni reacción
El delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Israel Cabrera Barrón, decidió dejar ir a los cocodrilos viajeros, para que poco más de la mitad, se encontraran con la muerte asistida, tan sólo cinco días después de verlos vivos.
De los 225 cocodrilos que pasaron por León, para visitar algunos sitios de amenaza silvestre, léase fábricas de botas exóticas, al menos 125 terminaron aplastados, sin vida.
¿A quién le valió un reverendo lagartijo el caso?
Las autoridades descubrieron que las condiciones del viaje, fueron peor que los vistos en traslados de cerdos y pollos, animales que, por cierto, no pasan por el centro de León, ni por Salamanca, ni de ciudad alguna que atente contra la vida animal. (La Piedad ya tiene libramiento)
El evidente asesinato de 125 cocodrilos, ha tocado el corazón de las autoridades de Profepa, pero de Quintana Roo, pues amparados por la Ley General de Vida Silvestre, pretenden castigar, sin severidad, pero con determinación, y con varios miles de pesos, a los indolentes responsables de semejantes hechos.
Y es que, quizás nadie se explica por qué la empresa, Cocodrilos Exóticos de Quintana Roo, decidió llevar por la vía más larga (desviándose a León), a todos y cada uno de los lagartos de Sinaloa que sólo pretendían internarse, aunque sea por un momento, en un lodazal de la península de Yucatán.
¿Por qué el conductor del tráiler donde los hacinaron, se detuvo en León para ir al cajero, mientras agentes federales revisaban, bajo su particular estilo de supervisión, todos y cada uno de los documentos que, para suerte de los reptiles, todo estaba en regla?
¿Será acaso que el negocio les falló?
Es pregunta.
2. Lágrimas de cocodrilo
El regidor de Morena, José Mendívil Macías, decidió abandonar el cargo en el Ayuntamiento de Guanajuato, tras las críticas que recibió por su viaje sorpresivo a Europa y el doble salario que sumó como catedrático en la Universidad de Guanajuato.
En su lugar, dejó a su suplente, Jaime Emilio Arellano Roig, quien en un principio había rechazado la propuesta, pero tras sus acuerdos, decidieron resignarse a mantener la representación de Morena en la capital del estado.
Los "morenos" regidores, representan al tradicional político de conveniencia, sin la mínima convicción de representar a los capitalinos, quienes mantuvieron la esperanza de encontrar en el partido de Andrés Manuel, una voz ciudadana y verdadera.
Nada. Falso. Todos son iguales.
¿Dónde queda el compromiso? ¿Qué orilló al edil, Mendívil Macías, abandonar un cargo que le confirió el ciudadano? ¿Dónde quedaron sus prioridades? ¿Acaso no alcanzó a visionar la responsabilidad?
Nada, el regidor decidió tirar la toalla.
Así de simple.