En el mundo de los medios digitales también hay rudos contra técnicos. Y como una extensión de los universos de la lucha libre mexicana y la lucha libre estadunidense, tipo WWE, hay niveles y arenas distintas, pero todo se reduce a la misma fórmula: los buenos contra los malos.
Esto viene a colación por dos fenómenos mediáticos que podrían no tener nada en común de no ser por que las plataformas en que se gestaron derivan de lo que se da en llamar los nuevos medios.
En ambos casos se tienen elementos que dan para construir historias sensacionales, aunque con sesgos distintos debido a las diferentes realidades de las que abrevan. Es decir, los contextos que los medios digitales en México y Estados Unidos enfrentan son universos aparte, que a veces repiten patrones, lo cual habla de la universalidad de las luchas de la libertad de prensa en cualquier ámbito.
Como se sabe, acá en esta geografía un medio digital, AnimalPolítico.com, liderado editorialmente por Daniel Moreno, publicó un trabajo en el cual desveló el mecanismo por el cual el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, en Veracruz, desapareció cientos de millones de pesos destinados a contratos entregados a empresas fantasma o zombie.
El gobierno de Duarte de Ochoa reaccionó peor que venado lampareado: simplemente se dedicó a negar irregularidades y aplicando las mañas más sonadas de los rudos del cuadrilátero ha querido someter el hacer de Animal Político entablando su propia versión de los hechos que simplemente confirman lo expuesto por el medio digital. Dicen que sí existen las empresas, que sí hay conocimiento de Hacienda y el SAT de que fueron creadas y que sí se han pagado los contratos que se alega.
Y pues sí, todo eso dice el trabajo de Animal. Lo que no aclaran las huestes duartistas es por qué, dentro de la lógica que quieren imponer, no hay evidencia de nada en los servicios y productos que dichas "empresas" debieran de entregar, por qué las direcciones de muchas de ellas corresponden a casuchas en barrios deplorables o por qué muchos de los supuestos dueños de las razones sociales involucradas ni idea tenían de que sus datos se utilizaron para crear exitosas iniciativas.
Ante el peligro que es ejercer el periodismo en entidades como Veracruz, habrá que seguir con lupa el caso que presentan Daniel Moreno y su talentoso equipo de reporteros, pues aunque el sitio está basado en la Ciudad de México, los alcances de los rudos pueden trascender todo tipo de fronteras.
Y en el caso de Hulk Hogan, el famoso luchador resultó ser la marioneta de un multimillonario de SIlicon Valley, Peter Thiel, cofundador de PayPal e inversionista temprano de Facebook, dos iniciativas que le dejaron una fortuna de más de 2 mil millones de dólares.
Enojado porque Gawker.com, un sitio irreverente y con los tonos y modos de un tabloide, lo sacó del clóset hace varios años, juró vengarse del fundador Nick Denton, así como de todos sus socios. Eso incluye no solo quebrar a Gawker, sino dejar sin trabajo a todas las plumas que lo molesten a él y sus amigos, como un socio en su fondo de inversión que acostumbra abrir calles en Manhattan para que le conecten internet de alta velocidad o daña parques naturales para cumplirle la boda de sus sueños a sus esposa, todo a costo multimillonario.
En el caso de Hogan, se sabe ahora que Thiel financió los gastos legales de una demanda que el luchador interpuso contra Gawker por haber exhibido un video en el que el rubio del pancracio gringo tenía relaciones sexuales con la mujer de un amigo. Esto resultó en un castigo desmedido: el sitio tendrá que pagar 140 millones de dólares a Hogan (es decir, a su titiritero Thiel).
Por lo menos Denton tiene la seguridad de que con el estado de derecho, si bien lo puede llevar a la ruina, no habrá riesgos para su persona o la de su equipo. Es de esperar que acá suceda lo mismo.
@alex_angeles
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