La filosofía económica es la ciencia que estudia la toma de decisiones y opera en nuestra vida diaria, nos demos cuenta o no. Vivimos en un mundo de recursos finitos de manera que la economía nos ayuda a determinar cómo es que se deben utilizar los recursos limitados para satisfacer la lista interminable de deseos y necesidades de la humanidad. Este es el dilema económico y es por ello que la definición más simple de lo que es la economía es que es la ciencia de la escasez.
Los economistas estudian y analizan las relaciones entre los recursos (materiales y trabajo) y la producción, distribución y consumo de los bienes y productos resultantes. En un mundo ideal la búsqueda es la maximización de la satisfacción, de las ganancias, de la producción, del empleo, entre otros. Los economistas pueden estudiar cómo se toman estas decisiones a nivel microeconómico entre las personas y empresas involucradas en una decisión o transacción comercial, o en un nivel macroeconómico que considera a toda una ciudad, estado o país como una unidad singular.
Por ejemplo, en el ámbito de la microeconomía, un economista puede estudiar cómo la oferta y la demanda están impactando los precios en una empresa, así como sus niveles de producción y empleo generado. Por su parte, en el mundo de la macroeconomía, se estudia la forma en que el Producto Interno Bruto (PIB) se ve afectado por los cambios en los patrones de comercio internacional o cómo un shock como el Covid-19 afecta al empleo y nivel de ingresos de la población.
Aunque ambos campos operan a escalas diferentes, la microeconomía y la macroeconomía comparten en gran medida las mismas metodologías. También comparten una suposición subyacente de interés propio sobre la que descansa toda la teoría económica moderna. El economista clásico Adam Smith acuñó este término por primera vez para describir la noción de que las personas actuarán con determinación para maximizar su satisfacción, dado su tiempo, información, recursos y presupuestos limitados.
Smith, también referido como un promotor de la libertad económica, partía del supuesto de que los seres humanos son buenos por naturaleza, dejándolos que en libertad tomaran las decisiones que los lleven a la felicidad, y la suma de las felicidades individuales ocasionará la felicidad colectiva. Sabemos que esto no necesariamente es verdad y esto es ilustrado de una gran manera en la película Una Mente Brillante (2001), misma que trata sobre la vida del economista John Nash, en la escena en la que los jóvenes están en el bar y llega un grupo de chicas a quienes quieren sacar a bailar. Si no se ponen de acuerdo y cada uno actúa de manera individual, todos se quedarán sin bailar.
Como parte de esas decisiones de maximización de beneficios, las personas y empresas deben considerar los recursos con los que cuentan y su capacidad de producir bienes y servicios. Los economistas suelen clasificar estos recursos en tres tipos de factores de producción: Tierra (T, recursos naturales), Trabajo (L, tiempo, esfuerzo y habilidad) y Capital (K, las herramientas creadas por el hombre como maquinaria, equipo, herramientas, software).
Estos tres desembocan en el espíritu empresarial, que los organiza a través de habilidades directivas, para generar bienes y servicios que satisfacen necesidades (de quien pueda pagar por dichos bienes y servicios) y que maximizan los beneficios del propietario de dichos factores de producción. Caso contrario ocurre en un régimen socialista, en el que el Estado decide cómo es que se deben combinar los factores de producción con el fin de producir lo que el Estado diga para quien el Estado determine.
Con independencia del enfoque que se le quiera dar, de libre mercado o de un modelo centralmente planificado, el pensamiento económico tiene como principal preocupación resolver el problema de escasez. Esto ha ido evolucionando durante cientos de años y a continuación se presenta una línea de tiempo de algunos de los personajes más importantes y sus fechas, que ayuda a entender de manera muy sintetizada la manera en que este campo del conocimiento ha evolucionado.
* Director general GAEAP
@alejandrogomezt