Conversando con una juez, en una charla llena de sinceridad, me comentó que su experiencia profesional la ha puesto frente a una realidad muy dura y difícil por su contacto diario con delincuentes de todo tipo; pero —dentro de un mundo del cual la mayoría de nosotros procuramos mantenernos alejados—, ha podido descubrir una faceta de vital importancia: El aspecto humano.
En una ocasión le oyó decir a un colega que la distancia entre un delincuente y una persona normal está en cinco segundos: Cuando el primero se dejó llevar por la ira ante un hecho que le hizo perder el control racional y actuó con violencia desmedida. En otras ocasiones se encuentra con mujeres jóvenes, quienes teniendo todo lo necesario para llevar una vida de éxito por tener una buena familia, una preparación profesional y demás circunstancias positivas, terminaron en la cárcel por haberle hecho caso al novio que las convenció de intentar pasar droga por una frontera a otro país.
La reinserción social es todo un tema. Quizás para la mayoría de las personas es comprensible que los delincuentes que estuvieron presos puedan salir para comenzar una nueva vida aportando a sus familias todo lo necesario, con sentido de responsabilidad y aprovechando sus experiencias en el oscuro mundo de las prisiones para convertirse en personas sanas y positivas; pero la realidad nos lleva a desconfiar y no querer tener contacto personal y profesional con un ex delincuente.
La teoría jurídica está a favor de la reinserción de los delincuentes dentro del sistema penitenciario y hay muchas teorías a favor de dicha prevención. Por mencionar un ejemplo concreto, encontramos a una pionera del feminismo en España, quien consiguió la licenciatura en Leyes —cuando las mujeres no podían hacer estudios universitarios—. Concepción Arenal Ponte, que también fue periodista y escritora afirmaba: “Abrid escuelas y se cerrarán cárceles”.
Pretendo no caer en la ingenuidad, y soy consciente de que la experiencia nos demuestra que el tema es sumamente espinoso y seguirá requiriendo de mucho estudio, valentía y apertura, si queremos aportar algo bueno a una sociedad desorientada.
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