Triste espectáculo vimos ayer en Washington cuando el presidente Donald Trump azuzó a sus fanáticos a protestar ante el Capitolio para impedir la certificación de la victoria de su rival, Joe Biden, lo que desembocó en la toma violenta del Congreso.
Es preocupante confirmar que a Trump lo único que le importa es su ego, incapaz de aceptar su derrota y de reconocer el legítimo triunfo de Biden, sin importarle las consecuencias para la democracia estadounidense.
Nunca se había visto nada igual: un intento de golpe de Estado alentado por el mismo presidente de Estados Unidos, que motivó el toque de queda en la capital del país.
Un presidente que a 14 días de concluir su gobierno se niega a perder y que sigue dividiendo a los ciudadanos, un mandatario que sigue mintiendo al acusar a los medios de mentir, un gobernante que sigue echando gasolina al fuego como un moderno Nerón.
Es lamentable observar el atentado a la democracia por Trump que se comporta como un dictador, seguido ciegamente por sus millones de incondicionales, que creen en las mentiras que su líder difunde por Twitter, a tal grado que la empresa suspendió temporalmente su cuenta.
Pero las instituciones estadunidenses, bajo asedio por Trump y sus fanáticos, seguirán siendo sólidas y prevalecerán a pesar de las presiones.
Ayer en la mañana, en un concurrido mitin atrás de la Casa Blanca, denominado “Save America” (Salva a Estados Unidos), Trump dijo que ni en un país del Tercer Mundo son tan mal organizadas las elecciones como en Estados Unidos, repitiendo otra más de sus falsedades.
En este sentido, Trump mostró otra falta de respeto hacia nuestro país al difundir este Twitter: “Aún en México usan credencial de elector” para votar.
Trump, enardecido, incluso presionó a su vicepresidente Mike Pence a anular la elección en su calidad de presidente del Senado, e incitó a la muchedumbre a marchar al Capitolio.
Mientras el Congreso se reunía para certificar el voto electoral, a favor de Biden, impugnado por algunos congresistas republicanos, manifestantes trumpistas lograron ingresar por la fuerza al plenario y los legisladores fueron evacuados a un lugar seguro.
Las malas noticias para Trump continuaron con la victoria demócrata de las dos curules de Georgia en el Senado, y con ello el empate 50 a 50 con los republicanos, pero con el voto de calidad de la vicepresidenta Kamala Harris, Biden podrá gobernar con el control del Senado junto con la Cámara de Representantes.
Estados Unidos es una república pero con Trump parece una monarquía, en la que su hija Ivanka, a la que nombró asesora especial, actúa como la heredera de su capital político.
Ayer en el mitin, el hijo del presidente, Donald Trump junior, arengó a los simpatizantes de su papá: “¡luchen por Donald Trump, luchen por el Presidente!”.
Faltan 14 días. Trump se irá, pero el trumpismo continuará. Mientras, la salud mental del actual presidente y la violencia de sus fanáticos no solo preocupa a Estados Unidos sino a todo el mundo.
Serán dos semanas de incertidumbre para la paz y la estabilidad internacionales.
@AGutierrezCanet