Hace mucho tiempo en un curso, una maestra dijo: no hay hijos hiperactivos, hay padres y madres hiperpasivos ....
Queremos hijos de 10, que se porten súper bien, que estén sentaditos, calladitos, si quieren parque mejor les damos un celular, si quieren clases de algo no porque no somos su chofer.
Si quieren día de campo ponemos colchoneta y nos dormimos, estamos cansad@s.
Quieren correr en la playa y preferimos descansar, a eso fuimos; quieren una cascarita de fut, no porque no sabemos y el fútbol no nos gusta; quieren jugar muñecas y mejor les damos un iPad.
Quieren hacer ejercicio con nosotr@s mejor no, porque sentimos que nos estorban; quieren ir a la plaza, ¿a qué vas si no vamos a comprar nada?
Te quieren acompañar al mandado, no porque todo me pides; te quieren ayudar a lavar el carro, no porque no sabes; te quieren ayudar a lavar la ropa, no porque tengo prisa; quieren lavar los platos, no porque estás chiquito.
Quieren jugar, no porque estoy muy cansad@ de trabajar todo el día para darte lo que necesitas.
Se quieren caminar bajo la lluvia, no porque te enfermas, quieren irse caminando a algún lugar, no porque llevo prisa y hace mucho sol.
Nuestros tiempos no son los de nuestros hijos.
Así que, saquemos energía de donde podamos y hagamos la parte que nos toca, aquí radica la importancia de tener un equilibrio emocional, comer saludable, dormir lo suficiente, beber agua natural y tener muy claras nuestras prioridades.
Nosotros importamos, pero ellos son nuestro reflejo. Amor con amor. Atención con atención. Tiempo de calidad.
