La decisión del Gobierno de Canadá de exigir visas a los ciudadanos mexicanos que ingresen a su territorio, además de ser libre y soberana, es irreprochable, porque si alguien no tiene responsabilidad o culpa por todas las complicaciones que han surgido debido a que muchas personas que tenían planeados sus viajes se han visto afectadas por la necesidad de tramitar la visa, es precisamente el gobierno canadiense.
Su decisión es perfectamente legítima y por otra parte entendible, y no debería de molestar al gobierno mexicano ni a los connacionales, porque como decía antes, se trata de un acto soberano y con el pleno derecho.
De la misma manera que nosotros tenemos cerrada la puerta de nuestra casa y solo la abrimos a quienes queremos que pasen, los países tienen la facultad de condicionar en sus fronteras terrestres, aéreas o marítimas la entrada a quienes desean pasar.
Aquí el punto central es atender a cuál es la causa de la causa para determinar la responsabilidad de lo causado. En otras palabras, Canadá resolvió restringir el ingreso de su país solamente a las personas que tuvieran su visa debidamente expedida. La razón no obedece a una actitud caprichosa, ni relacionada con el TMEC como se ha venido sugiriendo, sino básicamente porque es el resultado del engaño reiterado de que ha sido objeto con las peticiones de asilo por parte de mexicanos que lo han solicitado sin tener necesidad demostrada.
El abuso es lo que lo ha ocasionado, el abuso y el engaño. Aquí en México ha sido inveterado el que mentir, robar o traicionar no tiene mayor consecuencia, porque como ya lo hemos repetido en diversas ocasiones en este mismo espacio, aquí no pasa nada y si pasa no pasa nada, pero en Canadá si pasa y ya pasó: nos pusieron un límite y no hay más remedio que tramitar una visa si queremos ir o huir a Canadá.
En Canadá, como en Estados Unidos y en la mayoría de los países europeos, mentir no solo es censurable sino punible y es sancionada con penas privativas de la libertad y las consabidas multas y evidentemente si la mentira causó un daño, hay obligación ineludible de repararlo.
Y si hemos de buscar un responsable del porqué los canadienses nos ponen como requisito obtener un visado para ir a su país, ese responsable es nuestro gobierno que no garantiza la permanencia de sus ciudadanos en su propio territorio, porque se van del país buscando mejores oportunidades, mejores condiciones de vida y si para poder salvar a sus familias y su propia integridad física y moral tienen que mentir, estarán orgullosos de la sangre mexica que corre por sus venas pero existen prioridades y su vida es la principal.
