Ciudad de México /
Por: Sofía Mosqueda
Ilustración: David Peón
La lucha normativa por el reconocimiento y el acceso al pleno ejercicio de la autonomía es una suerte de paradoja en la actualidad. Mientras la mayor parte de los movimientos feministas pugnan por la legalización del aborto, hay discrepancia cuando respecta a la mercantilización de los cuerpos femeninos: la prostitución, la pornografía, el alquiler de vientres. Las posturas teóricas se dividen entre liberales y radicales, desviando sólo en el discurso la atención a la enorme ola de violencia que sufrimos en el país, y con ello el reclamo automático que se coloca como urgente: que no nos maten.
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