Por: Soledad Loaeza
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
El texto es una defensa de la propiedad estatal de la industria eléctrica y una denuncia, con sesenta años de anticipación, contra futuros gobernantes a los que llama “traidores a la patria”, que querrían entregar a inversionistas extranjeros los recursos energéticos de los mexicanos. En el papel de un Nostradamus del Estado de México, nos dicen que este presidente de antemano “dispensa” a los mexicanos del siglo XXI “de toda obediencia a futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la nación”. Así, apoyado en una marometa histórica más que improbable, el presidente López Mateos habría adelantado más de medio siglo las denuncias del presidente López Obrador para llamar a los mexicanos del futuro a rebelarse contra un gobierno que adoptara políticas que consideraba antinacionales. Dios mío, qué largo era el catalejo del señor presidente López Mateos, y qué previsor era que hasta ofrecía una solución a problemas que —según su capacidad de adivinación— habrían de presentarse en un tiempo lejanísimo. Es curioso que no haya previsto las movilizaciones de protesta que se iniciaron con su gobierno en 1958 y desembocaron en el movimiento estudiantil de 1968.