Ciudad de México /
Por: Manuel Toral
A bote pronto, parece ser que los recursos extraordinarios en el Sistema Penitenciario Federal son abundantes y podría haber muchas oportunidades para implementar programas. Sin embargo, la evidencia parece sugerir que los recursos no son empleados en mejorar la vida de las personas privadas de la libertad. Basta ver el lento avance en la mejora de condiciones de vida en los Diagnósticos Nacionales de Supervisión Penitenciaria de la Comisión Nacional de Derechos Humanos mostrado en el Observatorio de Prisiones de Documenta. La pregunta queda en el aire, ¿a qué se debe la dramática ampliación del gasto extraordinario en el Sistema Penitenciario Federal?