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Salud: la frágil protección social

El Insabi no dispone de la estructura institucional ni de los recursos suficientes para atender al creciente número de personas que no tienen seguridad social.

Por: Laura Flamand

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

El derecho a la protección de la salud se garantiza de manera muy desigual en México y esto se profundizará después de la pandemia. El tipo de trabajo de cada persona determina el acceso a los servicios de salud y deriva en dos subsistemas. Las personas asalariadas en el sector formal tienen, en general, la protección de los servicios de salud de la seguridad social con financiamiento tripartita. Aquéllas sin empleo formal, más de la mitad de la población mexicana, no disponen de esta protección. Hasta 2019, la mayoría de las personas no aseguradas se afiliaban al Seguro Popular para recibir servicios financiados por los gobiernos federal y estatales. Para ilustrar la enorme desigualdad en la protección social en salud entre personas aseguradas y no aseguradas, basta señalar que el gasto per cápita total en salud para las primeras es 39 por ciento mayor que para las segundas. Los servicios de salud de la seguridad social disponen, por tanto, de más recursos humanos, equipo e insumos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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