Por: Helga A. Jáuregui Ballesteros
Ilustración: Belén García Monroy, cortesía de Nexos
La crítica sobre la distinción entre las esferas pública y privada identifica la segregación de las mujeres al ámbito privado y, por ende, la incapacidad de instituciones políticas para reflejar sus preferencias. Al reconocer que las relaciones de género son intrínsecamente políticas se logra argumentar que las características de esta relación permean en normas sociales, prácticas cotidianas y en las reglas que regulan al Congreso, una institución que tradicionalmente confiere poder a los hombres. Actualmente la presencia de mujeres en instituciones políticas es una medida de la calidad de la democracia. La preocupación por facilitar la entrada de las mujeres al Congreso dio pie a la creación de normativas de acción afirmativa como los sistemas de cuotas. Detrás de este tipo de entramado institucional se encuentra el concepto de masa crítica, el cual establece que entre más mujeres haya —por ejemplo en el Congreso— más fácil será lograr representación sustantiva.