Por Alejandro Juárez Ascencio
Ilustración: Ricardo Figueroa, cortesía de Nexos
La primera desmilitarización se dio con Porfirio Díaz. Contrario a la creencia popular, Díaz no militarizó al país sino que lo desmilitarizó mediante una nueva educación militar y diversas reformas legales; aglutinó y dio un sentido nacional a las Fuerzas Armadas, al tiempo que les inculcó lealtad a la Presidencia. Esto provocó que se desactivaran las guardias nacionales regionales, que eran leales a los caudillos locales. Por otro lado, robusteció la burocracia civil que se enfocó en el crecimiento económico del país mientras disminuyó el gasto militar. Con estas medidas Díaz aseguró que su posición no podría ser disputada por otros caudillos. La Revolución interrumpió estas prácticas, pero una vez concluida hubo que recuperar la gobernabilidad y el control de las Fuerzas Armadas. La guerra civil propició el surgimiento de múltiples grupos militares que, como las guardias nacionales del siglo XIX, respondían a intereses caudillistas. El artículo 89 de la Constitución de 1917 recogió textualmente lo escrito en el artículo 85 de la Constitución de 1857 respecto al control presidencial de las Fuerzas Armadas. Así se buscaba avanzar hacia el dominio de los cuerpos militares, pero el asesinato de Carranza en 1920 demostró que aún faltaba para lograr el objetivo.
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