Ciudad de México /
Por Arnoldo Kraus
Ilustración: Kathia Recio
La confidencialidad es uno de los principios rectores de la ética médica. Los médicos escuchamos múltiples historias, entre ellas, algunas que comprometen o responsabilizan a terceros. La escucha en la “buena medicina” es fundamental. Muchos problemas se resuelven por las sugerencias del galeno después de escuchar. De ahí la necesidad de la confianza por parte del enfermo y la certeza acerca de la confidencialidad del médico como sine qua non de la relación médico-paciente. El galeno tiene acceso a muchos datos corporales y anímicos. Mantener la privacidad es imperativo. Es imperativo pero cada vez es más complejo.