Ciudad de México /
Por Francisco Zorrilla
Ilustración: Víctor Solís
El registro de un partido político implica muchas cosas. Para empezar la posibilidad de postular candidaturas a los diferentes cargos de elección popular, el acceso a prerrogativas tales como radio y televisión, financiamiento público, un régimen fiscal especial y el uso de franquicias postales y telegráficas para el cumplimiento de sus fines. Por ello, la batalla legal para evitar la pérdida de registro es compleja y se agota hasta las últimas consecuencias. El Tribunal Electoral no ha sido siempre consistente en sus criterios relacionados con la pérdida de registro de un partido político.