Por Leonor Ortiz Monasterio
Ilustración de David Peón
El Sistema Nacional Anticorrupción es una propuesta sin precedente en el mundo para el combate a la corrupción, cuyo elemento clave es la coordinación. La apuesta hecha hace tres años, con la reforma constitucional, fue mantener a las instituciones ya existentes del Estado mexicano para combatir la corrupción y hacer que trabajen juntas, en lugar de crear una agencia anticorrupción. Así, forman parte de este sistema el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación, la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción, el Tribunal Federal de Justicia Administrativa y el Consejo de la Judicatura Federal. A estos órganos se les suma una representación de la ciudadanía, mediante un consejo integrado por cinco ciudadanos: el Consejo de Participación Ciudadana.