México es un verdadero desastre. Simplemente en el Gabinete de Enrique Peña Nieto cada quien hace lo que quiere y cada quien jala por su lado sin que se note la mano del primer mandatario. Lo mismo sucede en el terreno educativo, donde no se nota una cabeza que esté al frente del asunto. Y si algo nos faltaba, surgió la bronca de la Iglesia que ya hasta llamó a una movilización contra las bodas entre personas del mismo sexo. Todo esto, es resultado de la anarquía que padecemos desde hace meses, ante la impasible mirada de quienes deben poner orden en el caos.
Escucha a Francisco Garduño, editorialista de Milenio.