CdMx /
: Mucho se ha cuestionado la designación de Enrique Ochoa como nuevo líder nacional del PRI. Y la pregunta surge: si un viejo lobo de mar, con un colmillo largo y retorcido no duró ni un año en el cargo, ¿qué se puede esperar de un personaje que, más allá de su probada capacidad para operar, nunca ha tenido que bregar con las fuerzas vivas?
Ésta es la opinión de Francisco Garduño, editorialista de Milenio.