Durante 10 años, el ingeniero civil, Guillermo Calderón trabajó en un corporativo muy grande que lo llevó a conocer la vida de las poblaciones más pobres del centro y sur de África; esta experiencia lo motivó a renunciar a su trabajo e impulsar la construcción de viviendas de bajo costo en zonas marginadas del país.
Así fue como en 2009 surgió Grupo Mejoramiento Ambiental Asistido (MIA), una empresa social que está cambiando la vida de los mexicanos que viven en condiciones de pobreza patrimonial y no tienen acceso a una vivienda digna.
Su modelo de negocio se basa en dos vertientes: crear un alto impacto social, pero a la vez, generar rentabilidad basada en el volumen, es decir, vendiendo las casas al precio más reducido posible y con el margen más pequeño, sin descuidar la calidad de la vivienda.
Este modelo ofrece distintas fuentes de pago: recursos federales, estatales, filantrópicos, microcréditos y aportaciones de la gente con mano de obra.
A la fecha han construido más de 50 mil casas en todo México y están creciendo también hacia Guatemala; anualmente construyen alrededor de 10 mil viviendas, convirtiéndose en un referente a nivel mundial de una empresa que genera rentabilidad y alto impacto social en equilibrio.
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“Nos hemos dedicado a romper el paradigma de que las empresas sociales tienen que ser sin fines de lucro, somos una empresa de alto perfil, que genera empleos, paga impuestos y activa la economía formal”, señala el fundador del proyecto.
Para Guillermo Grupo MIA no es sólo una desarrolladora de vivienda rural, es un traductor entre el capital y la necesidad. Actualmente, no sólo se dedican a hacer vivienda, también son dueños de la empresa Ecofiltro, un proyecto que busca llevar agua pura a más de 10 mil familias y son inversionistas de Vitaluz, una compañía de prepago de energía limpia.
“Queremos convertirnos en la empresa social más potente, no solamente de México, sino del mundo. Por ahora tenemos presencia activa en 18 estados, pero hemos tocado prácticamente todo el país”, añade Guillermo.
Grupo MIA emplea a mil 400 personas, 50 trabajan desde el corporativo y el resto son trabajadores de campo. Muchos de sus empleados fueron contratados luego de construir sus propias casas con ayuda y asesoría de la empresa.
“Buscamos que la gente participe activamente en una pequeña parte del pago de su casa, ya sea con trabajo o con dinero, a veces las familias pagan 10 mil pesos por su casa, pero reciben una vivienda cuyo valor es diez veces más del esfuerzo que hicieron”, puntualiza.
Los sismos del último año fueron un tema relevante para la empresa, pues cerca de 50 mil casas quedaron afectadas en Oaxaca, Chiapas, Puebla y Morelos. Grupo MIA ha sido parte de la reconstrucción con el apoyo de Fomento Social Banamex, Soriana y el Fideicomiso Fuerza México. Además, a través de ellos, Young Presidents Organization regaló 400 casas para las familias afectadas por el terremoto.
Grupo MIA ha llamado la atención de la Escuela de Negocios de Harvard y el IPADE Business School. También tienen la certificación Great Place To Work y desde el año pasado son Empresa B, “una herramienta de legitimación de procesos, que reconoce a las compañías que están haciendo las cosas bien y quieren cambiar el mundo”.
Guillermo se declara un activo promotor del emprendimiento, es mentor Endeavor, parte del portafolio de New Ventures, colaborador de Ashoka y autor del libro Capitalismo Social, de editorial Porrúa.
“Los empresarios podemos cambiar la condiciones del país si hacemos las cosas con responsabilidad, eficiencia y transparencia. El emprendimiento social es una de las muchas maneras para mejorar México”, finaliza Guillermo.