La tecnología ha traído al mercado dispositivos electrónicos a precios elevados, por ejemplo, las enormes supercomputadoras -a las que solo los grandes corporativos, las universidades o los centros de investigación tenían acceso-, o bien, los artefactos actuales, cuyo valor ya no se mide por su tamaño, dado que hay teléfonos inteligentes, relojes o simples pulseras que cuentan con los últimos avances y que por consecuencia, superan fácilmente los 20 mil pesos.
Esa cantidad de dinero parece excesiva por un simple gadget, sin embargo, no lo es si se compara con un mercado exuberante, como es el de los dispositivos de diseñador o de gran lujo, cuyo valor ni siquiera ha sido medido por analistas o estudiosos de la materia debido a que su precio puede ser tan elevado que sus ventas se limitan a solo unas cuantas piezas, es decir, son contadas las personas que tienen acceso a ellos.
De acuerdo con Gonzálo Rojón, analista de The Competitive Intelligence Unit (The CIU), el superlujo en los gadgets tecnológicos es un segmento con muy poco éxito debido a que sus artículos quedan obsoletos en muy poco tiempo por la falta de actualizaciones y por el acelerado avance de la teconología, lo que significa que rápidamente pierden su valor real.
Jugadores
El ejemplo más claro es Nokia, empresa tecnológica que en su momento gozó de ser una de las preferidas de los consumidores de todo el mundo. Ésta tuvo que vender su división de superlujo conocida como Vertu, debido a que era un segmento que le generaba exceso de gastos y pocos ingresos.
Bajo su esquema, Vertu fabricaba dispositivos móviles inteligentes, con la variante de que dejó a un lado elementos tradicionales como el aluminio y el cristal; en su lugar, decidió optar por los llamados materiales premium como el cuero de la más alta calidad y carcasas bañadas en oro y plata, además de contar con un diseño particular y hasta extravagante.
Vertu fue pionera, pero ahora hay marcas más reconocidas, como por ejemplo la china Gionee, la cual se ha enfocado en desarrollar dispositivos superlujosos como su teléfono M2017, el cual cuenta con una recubierta de cuero y una enorme cámara ubicada en la parte de atrás del dispositivo; tiene un precio aproximado de mil euros, poco menos de 20 mil pesos mexicanos.
Ultralujo
La cifra anterior es insignificativa si se compara con el mercado mercado de ultralujo que se ha generado gracias a la incursión de exclusivas boutiques de joyas.
El caso más conocido es el de la joyería londinense Alchemist London, que en 2014 se dio a la tarea de diseñar el iPhone del millón de dólares, el cual fue hecho con oro macizo y adornado con alrededor de mil 600 diamantes. Su exclusividad era tal que solo se fabricaron dos piezas.
Otra compañía famosa en este reducido mercado es Computer Choppers. No se trata de una joyería, sino de una firma especializada en personalizar todo tipo de aparato tecnológico. Su más conocida creación es un iPad de oro de 24 kilates, la cual fue pulida y grabada con una máquina laser usando una capa de acrílico negro para que hiciera juego con el logotipo de Apple; su valor está cercano a los 73 mil pesos.
Dicha empresa lanzó una segunda versión, la cual está bañada en oro y tiene un valor de aproximadamente 7.8 millones de dólares porque cuenta con diamantes incrustados y hasta con huesos de Tiranosaurio Rex de hace más de 65 millones de años; solo existen dos piezas.
También hay opciones más tradicionales y menos extravagantes, como la MacBook Air Supreme Platinum de Apple, la cual está construida con platino sólido y pesa alrededor de 7 kilogramos; se fabricaron únicamente cinco y cada una tiene un precio de 5 mil dólares, aproximadamente 90 mil pesos.
Asimismo, existen un puñado de diseñadores de gama alta que han decidido incursionar en el mundo de la tecnología, como Armani Exchange, firma que creó una línea de relojes híbridos, los cuales están equipados con lo último de la tecnología inalámbrica.
Largo alcance
La tecnología también llega a los autos. Por ejemplo, la empresa británica Senturion lanzó el brazalete Elite Supercar Key, el cual se puede sincronizar con modelos lujosos como Ferrari y Lamborghini y así concretar una operación remota que no necesita llave.
En este caso, la compañía Senturion solo fabricó siete ejemplares para cada modelo, los cuales estarán adornados con 200 diamantes, y tendrán detalles de platino y oro rosado.
Aunque parezca mentira, en el mercado también hay accesorios donde el superlujo parecería innecesario, como el caso de las fundas diseñada por Karl Lagerfield, las cuales tienen sus reconocidos monstruos impresos y cuestan 16 mil pesos.
Otro ejemplo son los audífonos Master & Dynamic, los cuales tienen un precio que supera los 13 mil pesos o bien, el speaker para iPhone de Bowers & Wilkins, que tienen un valor de 14 mil 430 pesos.
También por un módico precio de 14 mil pesos se puede adquirir una funda de celular de Dolce & Gabbana, cuya principal característica es que tienen plasmadas imágenes de coronas.
En este extenso mercado hay para todo tipo de gustos, por este motivo también se puede encontrar una funda de piel de lagarto por poco más de 14 mil pesos, la cual es de la firma Costume National Homme.
No podían faltar las excentricidades de los millonarios de Dubái, para quienes se han fabricado consolas de Play Station 4 y Xbox One de oro sólido, a un precio de 14 mil dólares.
El segmento de superlujo, más allá de solo los gadgets, es un mercado al que muy pocas personas en el mundo tienen acceso, como resultado, es difícil que sea rentable para cualquier tipo de compañía.
65
Millones de años es la antigüedad de los restos de huesos de un Tiranosaurio Rex incrustados en un iPad de 7.8 mdd.
Pionera
Con Vertu, Nokia incursionó en la creación de gadgets de superlujo, pero pronto se dio cuenta que no era un negocio rentable.
Boutique
La joyería londinense Alchemist destacó en el mercado por crear el iPhone del millón de dólares, hecho con oro y con diamantes.
Riesgo
Aunque se manejan cifras exorbitantes, difícilmente es un buen negocio porque son pocas las personas con potencial de compra.