Durante la mayor parte de la década pasada, a los empleados de Sony les preocupaba saber en qué lugar caería el siguiente recorte de puestos de trabajo, ya que las ventas cayeron en casi todas las divisiones de productos de consumo, desde los televisores y laptops hasta los smartphones. Los ex ejecutivos se quejaban sobre la pérdida del espíritu de innovación de la compañía japonesa famosa por el Walkman.
Kenichiro Yoshida, el director financiero que tiene un papel clave en la estrategia de transformación que puso en marcha el presidente ejecutivo Kazuo Hirai, dice que es momento para que el grupo de productos electrónicos y de entretenimiento se deshaga de este legado negativo y empiece a invertir de nuevo en el futuro.
"Lo que esta compañía necesita es una mentalidad positiva, que esté dispuesta a aprovechar las oportunidades futuras. Ese es el reto para nuestro equipo de dirección", dice a Financial Times.
Yoshida, quien da su primera entrevista a medios desde que el 14 de abril se convirtió en director financiero y el segundo al mando de Hirai, dijo: "Hasta ahora, rara vez recurrimos a fusiones y adquisiciones para (realizar) nuestra investigación y desarrollo, pero vamos a buscar esas oportunidades para asumir nuevos retos".
Pero cambiar la mentalidad de los empleados que se acostumbraron a los tiempos difíciles no será fácil. La compañía acumuló pérdidas que sumaron un total de más de 8 mil 800 millones de dólares en los últimos siete años, y se recortaron más de 35 mil puestos de trabajo en la última década. Gran parte de ese tiempo se utilizó para reducir las operaciones de Sony, con lo que resultó la venta de su negocio de computadoras personales Vaio y la división de sus unidades de televisores y Walkman.
Todavía tiene que cubrir las pérdidas que ocasionó su operación de smartphones. Algunos inversionistas aún no se convencen de que necesitan conservar la operación, pero Yoshida dice que la compañía no tiene planes de vender su división de móviles.
Sony mostró las primeras señales de un cambio de enfoque el mes pasado, cuando anunció un plan para recaudar 420 mil millones de yenes (3 mil 400 mdd) a través de la venta de nuevas acciones y bonos convertibles. Alrededor de 84 por ciento de los ingresos se utilizarán para fortalecer sus sensores de cámaras, mientras que el resto se destinará a pagar su deuda.
Después de ceder su liderazgo en los reproductores portátiles de música y televisores, los sensores de imagen son una de las pocas áreas donde Sony todavía domina. En términos de valor, la compañía controla alrededor de 40 por ciento del mercado global de sensores CMOS (un sensor de pixeles activos que detecta la luz con base en tecnología CMOS o semiconductor de óxido metálico), que utilizan el iPhone 6 de Apple y el Galaxy S6 de Samsung.
Su operación de sensor de imagen representó casi una tercera parte de sus utilidades de operación del primer trimestre.
A medida de que más casas y automóviles se conectan a internet, Sony espera que crezca la demanda de sensores de alta calidad. Yoshida dice que los posibles objetivos de fusiones y adquisiciones incluyen startups con habilidad para los algoritmos computacionales para realizar el procesamiento de imagen.
Desde que Yoshida se convirtió en director financiero, los precios de las acciones casi se duplicaron. Los inversionistas le dieron la bienvenida a la mayor transparencia que aportó a la compañía.
La gente que conoce a Yoshida lo describe como directo e implacable en su búsqueda de explicaciones cuando no se logran cumplir las metas, aunque pocas veces alza la voz. También tiene una reputación de desenterrar las cifras vergonzosas que los empleados preferirían olvidar, como el mal récord de 15 advertencias de utilidades en los últimos siete años.
"Tienes que enfrentar la realidad. Siento que dar a conocer las partes malas lleva a la rendición de cuentas y a la transparencia", dice.
Los intentos previos de reestructuración de la compañía a menudo los obstaculizaron los anteriores ejecutivos que mantenían una visión del futuro de la compañía en dispositivos en lugar de software.
En abril, Hirai recibió una carta de reclamación de un ex director de finanzas, donde le solicitó una cuota de más ingenieros para revivir "el espíritu Sony".
"Es muy difícil hacer que una compañía del tamaño de Sony cambie una forma de pensar a otra. En gran medida, la administración actual logró eso", dice Pelham Smithers, quien dirige una firma de investigación altamente especializada que se centra en Japón.
Cuando Hirai recurrió a Yoshida para que lo ayudara con su plan de transformación, el nuevo director financiero advirtió al personal que no podría hacer felices a todos. Esas palabras se volvieron realidad cuando Sony vendió su negocio de computadoras personales y anunció sus planes para recortar más de 2 mil puestos de trabajo en el segmento de móviles. "No hay nada que sea eterno", dice Yoshida. "Pero queremos que Sony sobreviva en buena forma".
Los analistas dicen que la mayor prueba para Yoshida está por venir, cuando Sony complete el último tramo de las correcciones de sus negocios.
"Sony tiene que ir más allá de la fase de reestructuración para su siguiente etapa de crecimiento. Esto es solo el principio y todavía no sabemos si Yoshida puede cumplir en ese frente", dice Eiichi Katayama, director de investigación de Japón de Bank of America Merrill Lynch.