De acuerdo a datos proporcionados por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, se estima que globalmente, al año se utilizan 500 billones de bolsas de plástico, donde el 50% se utiliza una sola ocasión, mientras que unos señalan que tarda 100 años en degradarse, otros sostienen que son 400, lo que representa daños a los ecosistemas, la biodiversidad y la salud humana.
Recientemente, en Torreón se llevó a cabo la primer 'Feria de Proveedores para la Industria de Alimentos en pro del Medio Ambiente', con el objetivo de dar a conocer insumos de material biodegradable para restaurantes.
Esta exposición se dio en el marco de la aprobada 'Ley Estatal de Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente en Coahuila', que determina la prohibición del uso de bolsas de plástico y popotes en establecimientos comerciales.
Diana Susana Estens, ambientalista lagunera y activista ecológica, aseguró que la sustitución y uso de insumos biodegradables en restaurantes, cafeterías y similares, no debe ser una cuestión meramente de percepción.
“Se tiene que hacer un balance energético, desde donde provienen los materiales, los recursos naturales o si es papel o combustibles fósiles”.
Refirió que no basta con querer ser portador de esta nueva cultura en el cuidado del medio ambiente, ya que se debe ir más allá.
“Hay que conocer cuál es la huella de carbono de un material y del otro, ¿cuando lo están trasladando en su proceso?, ¿cuánta agua se necesita para llegar a este material?, sea la bolsa o el cartón. ¿Cuál es su tiempo de vida? Será un error si se usará sólo en una ocasión”.
Señaló que el seguimiento de la huella de carbono tendrá que darse igualmente si se considera el uso de cerámica, pues es necesario sabe, ¿cuánto cuesta desde la perspectiva ambiental el uso de un lavaplatos?, usar agua, el impacto del jabón, ya que tomando en cuenta todos estos elementos, se tendrá un balance energético.
“A grandes rasgos lo mejor es que no sea de un sólo uso, que no provenga de recursos fósiles, (no renovables)”, sugirió.
'Aliado Ecológico', es distribuidor en La Laguna de vasos, platos, contenedores de alimentos hechos con material biodegradable y la responsabilidad de las ventas está a cargo de Julieta Rodríguez, quien comenta:
“Vendemos productos biodegradables y desechables. Hay productos de fécula de maíz que es biodegradable, de caña de azúcar que son compostales, así como los de paja de trigo.
Manejamos además el material del polímero extraído del maíz en vasos para bebidas frías”. En su exhibición muestra vasos de papel, otro de polímero de maíz para bebidas frías y calientes, así como los popotes hechos del mismo material y bolsas kraft para los restaurantes.
El 'PLA', es el sustituto del plástico y actualmente se tienen más de 20 restaurantes que están poco a poco arraigando esta cultura.
Susana Estens, reconoce que esta tendencia del cuidado medioambiental, sí está representando toda una oportunidad de negocio.
“Esto porque cada vez más se opta por comer fuera de casa o pedir comida a domicilio, pero yo quisiera preguntar ¿cómo le hacíamos antes? Se llevaba el contenedor, se recurre a llevar bolsas al supermercado.
Ahora dicen que no usen las bolsas de plástico y casi se quieren cortar las venas, porque las bolsas se usan para recolectar la basura, ¿pero cómo se hacía antes? poca gente se acuerda de las envolturas en papel periódico que le daban a las amas de casa en el supermercado, ahí echaban la verdura, en eso te lo pesaban y te la llevabas a tu casa. El papel te servía para limpiar los vidrios. Había otras opciones”.
“Hay que voltear un poco hacia atrás, son opciones todavía. Eres 'millennial', te preocupa el cambio climático, entonces haz algo, más allá de estar en las redes sociales, más allá de pronunciarse a favor de hacer algo para mitigar el cambio climático, que hagan algo verdaderamente efectivo y eso es un estilo de vida, porque es el estilo de vida lo que está marcando esa huella de carbono y lo que está contribuyendo a la contaminación. El cambio de hábitos con respecto a lo que producimos y lo que consumimos”, puntualizó.
"Lo ecológico puede ser retro dijo", ya que antes no se usaba tanto plástico, aunque no todo lo pasado era bueno.
“Podemos rescatar a favor de una sustentabilidad. El uso de utensilios de peltre o el barro se ha retomado, y preferible que sean vasos de cristal, lozas de cerámica, lavable y en la medida en que se lo pidamos como clientes”.
Dijo que se tienen dos instrumentos: La conciencia y el la ley y en su opinión, si en la ley ya marcaron que hay un tiempo de transición para dejar el plástico de un sólo uso y si no se está convencido, será a través de la sanción, como ha sido en otros temas.
“Yo creo que ya es tiempo que migremos como ciudad a una separación de residuos más efectiva y uno de los caminos es a través de los recolectores. Está en la Ley General de Equilibrio Ecológico, así como en el Reglamento Municipal, marca que se tiene que privilegiar la separación, valoración y el reciclaje”, expuso.
“Es biodegradables bajo qué condiciones, de luz, temperatura, de organismos, cuánto tiempo demorará en biodegradarse. Si se compacta y se lleva al relleno sanitario donde no se tienen anaerobios, tardará muchos años antes de que realmente se biodegrade, mientras seguirá siendo basura y más si están revueltos”.
Finalmente los restaurantes, explicó, están obligados a pagar la disposición final de sus residuos, así como pagan la luz, el teléfono. Los negocios, industrias y los restaurantes, deben tener un recolector, que esté autorizado por el gobierno.
“El restaurante puede reducir el gasto con la disminución en la generación de basura, ya que se les cobra por el peso. Se genera como una cadena de custodia, donde los recolectores que dan servicio a los restaurantes, tienen que estar registrados y comprobar que se llevan los residuos al relleno sanitario y no se está quemando en un ejido”, señaló.