Con pinzas y charolas, muchos mexicanos han visitado la panaficadora, conocida popularmente como la Esperanza, para probar bolillos, cuernitos, donas y repotería de todo tipo. Hoy trascendió que el fundador de esta compañía orgullosamente mexicana, Francisco Javier Juampérez Barberena, falleció el 6 de junio. Aquí te decimos algunos datos curiosos de este dulce negocio.
Francisco Javier Juampérez inició junto con su hermano Pedro, Pastelerías Esperanza, en 1975.
Su primera sucursal se encontraba Escuadrón 201, en la alcaldía Iztapalapa, en Ciudad de México.
- En sus inicios el negocio se enfocó en la producción artesanal de piezas tradicionales de pan.

El elefante
Pastelerías Esperanza adoptó a un elefante en tono azul como su marca, debido a que en la cultura hindú este animalito está estrechamente relacionado a la protección de la familia además representar fuerza, longevidad y poder.
"Se cree que quién tiene un amuleto de elefante será bendecido con trabajo fortuna y buena memoria", destacó en un video difundido en redes sociales.
El toque artesanal
Con el tiempo, Pastelerías Esperanza desarrolló un concepto de panadería gourmet, con la creación de una nueva marca conservando al elefante y su propuesta arquitectónica de pastelerías.
La Esperanza consiste en compartir con el cliente un poco su historia creó nuevas tendencias, incluso con apego a la sustentabilidad, pero siempre resaltando la labor artesanal hecho a mano y cuidando cada detalle en cada uno de sus productos.
La firma creó su propia planta productiva para enfrentar con éxito los requerimientos de calidad en los procesos de la industria para estar un paso delante de la competencia.
Hoy en día, la empresa cuenta con más de 90 sucursales en Ciudad de México, Querétaro, Puebla, Jalisco, Estado de México e Hidalgo.
Además, en respuesta a la demanda de los consumidores y el comercio electrónico, cuenta con su propia tienda en línea.

MRA