Dos estudios recientes señalan que al menos seis de cada diez emprendedores en México han sufrido afectaciones en sus negocios debido a actos de corrupción, pero ¿qué factores motivan estas prácticas?
Una nueva encuesta —realizada por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) y el Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE, siglas en inglés)— indica que la impunidad, es decir, la ausencia de un castigo para quien comete un acto ilícito, es el primer motivo para que se dé la corrupción al interior o en el entorno de las micro, pequeñas y medianas empresas en el país.
El personal de organizaciones encuestado para el estudio “Cultura de integridad en México. Combate a la corrupción” le dio un 4.6 de calificación a la impunidad como factor que favorece la corrupción, en una escala del 1 al 5 —en la que 5 es el valor más alto—, se indica en un documento con los resultados del estudio.
Además, se concluyó que el nivel de corrupción es de 62.6 por ciento en micro empresas, de 56.6 por ciento en pequeñas, de 56.1 por ciento en medianas, y de 52.8 por ciento en empresas grandes, considerando los montos anuales de facturación que establece la Condusef para cada tamaño de las organizaciones.
La encuesta del IPADE y del CIPE, que fue respondida por mil 60 hombres y mujeres de 251 compañías en 5 ciudades de la República mexicana, detalla que las prácticas más comunes de corrupción en las empresas son:
En la categoría de “muy frecuentes”:
—Las dádivas o “mordidas”
—El favoritismo
—El nepotismo
Y en “frecuentes”:
—El incumplimiento de leyes
—El conflicto de intereses
—El fraude
Otros factores
Los demás motivos que favorecen la corrupción, según la encuesta, son: la falta de integridad en el sector público, con 4.5 de calificación; los beneficios económicos, con 4.2 por ciento; la burocracia, también con 4.2 por ciento; y la falta de mecanismos de control, con 4 por ciento, entre otros aspectos con menor porcentaje.
En cuanto a denuncias, el 34.9 por ciento de los empresarios dijo que denunciaría la corrupción dentro de su organización directamente con el CEO o la Presidencia de la compañía. Sin embargo, el 30 por ciento de las empresas no cuenta con un código de ética y el 66 por ciento no tiene presupuesto para fomentar una cultura de integridad.