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México, ante el dilema del maíz transgénico

Activistas temen la desaparición de antiguas variedades de una de las gramíneas con mayor producción y consumo en todo el planeta.

Martha Wilcox mete su mano en las canastas que colocó sobre la mesa, pasa el contenido rojo, blanco, amarillo, negro y café como piedras preciosas a través de sus dedos. Con sus matices coloridos —algunos como pequeñas burbujas, otros alargados, otros puntiagudos— estos granos de maíz, de herencia mexicana, son tesoros agrícolas en el país donde nació la gramínea hace casi 9 mil años.

Wilcox trabaja para proteger y promover la herencia del grano en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, un recinto independiente de investigación con sede en Texcoco, Estado de México. El país es el hogar de 59 tipos de maíz de los llamados "puros", las variedades locales de especies domesticadas de plantas, que son una fuente vital de la biodiversidad.

"El maíz nativo realmente tiene que ver con la identidad de México", dice Wilcox. "La cultura de los mexicanos se basa en el cultivo de maíz, que se desarrolló tanto en las tradiciones religiosas como en las culinarias en torno al cultivo, así que es casi impensable tener a México sin la diversidad del maíz".

Pero los activistas temen que desaparezcan las antiguas variedades de uno de los granos con mayor producción y consumo en el mundo si se levanta en México la prohibición del maíz genéticamente modificado (transgénico).

Los agricultores mexicanos siembran algodón genéticamente modificado desde 1996, pero el maíz, que tiene una sensibilidad cultural, es otra historia. A pesar de las pruebas que realizó Monsanto, el mayor fabricante de semillas genéticamente modificadas del mundo, hasta solicitar permisos de productos transgénicos para cinco áreas en el norte de México, una batalla legal puso al cultivo del maíz genéticamente modificado en pausa durante los últimos dos años y medio.

En agosto de 2015, un juez mexicano revocó la prohibición de 2013 para la siembra de maíz transgénico, pero una coalición de activistas apeló de la decisión. La prohibición sigue vigente, en espera del dictamen sobre la apelación, pero el caso todavía puede terminar en la Suprema Corte.

Más de 80 de los principales chefs del país, entre ellos Enrique Olvera, cuyo restaurante Pujol, en la Ciudad de México, se ubicó en el lugar 16 entre los mejores del mundo en 2015, le escribió al presidente Enrique Peña Nieto y le explicó su oposición al maíz genéticamente modificado.

Los opositores argumentan que los cultivos genéticamente modificados tendrán menos capacidad para soportar los efectos del cambio climático, mientras que la diversidad de cultivos le permitirá a los agricultores utilizar una "reserva" biológica de las variedades que se adapten a las condiciones locales.

"En Estados Unidos, más de 90 por ciento del maíz es transgénico", dice René Sánchez Galindo, abogado que forma parte de la coalición de opositores. "Si me das una tortilla importada", dice, refiriéndose a la omnipresente envoltura de maíz que normalmente se llena con carne o queso o se utiliza para cucharear la salsa, "no me la comería".

Pero los defensores de los cultivos transgénicos dicen que esa postura es ingenua. México importa cerca de una tercera parte del maíz que consume cada año, y gran parte, sino es que toda, es transgénico, aunque gran parte se utiliza para el alimento de los animales. "La mayoría de las personas ni siquiera se dan cuenta que el maíz transgénico ya está en las mesas mexicanas", dice Francisco Javier Mayorga, quien, como secretario de Agricultura de México de 2009 a 2012, supervisó las pruebas de los cultivos genéticamente modificados.

Mayorga señala que los productores de maíz mexicanos tienen distintos requerimientos. Así como hay agricultores de subsistencia que cultivan variedades nativas en pequeña escala, existen las granjas mecanizadas de alto rendimiento en las zonas del norte, donde los agricultores utilizan semillas comerciales "híbridas" que se mejoraron mediante cultivos selectivos, pero que no están genéticamente modificadas. Esas semillas híbridas las vende Monsanto, el grupo estadunidense de biotecnología, que apoya los cultivos transgénicos, y una serie de otras compañías.

Monsanto promociona el maíz transgénico como un boleto para sacar de la pobreza a los pequeños agricultores al lograr mayores rendimientos y utilidades. "Es increíble que no les demos la opción a los pequeños agricultores de cruzar la línea de pobreza", dice el presidente ejecutivo de Monsanto para el norte de América Latina, Manuel Bravo. Admite que Monsanto tuvo que cambiar de táctica y tratar de ganarse los corazones y mentes. "Somos una empresa que emplea a la mayor cantidad de personas con doctorado en el mundo después de la NASA. Somos buenos cuando se habla de placas de Petri, pero no fuimos buenos en la comunicación".

Los críticos de las semillas genéticamente modificadas señalan que la Organización Mundial de la Salud el año pasado calificó al glifosato, el ingrediente activo del herbicida que utiliza Monsanto, como "probablemente cancerígeno para los humanos", y los productores deben usarlo para matar las hierbas que crecen alrededor de los cultivos resistentes a los herbicidas de Monsanto. Monsanto rechazó esa afirmación.

Mientras la batalla legal entre los que están a favor y los que están en contra de los cultivos transgénicos se alarga, un empresario toma un enfoque diferente para ayudar a los agricultores a mantener los métodos tradicionales de cultivo.

Jorge Gaviria, nativo de Miami, creó la empresa Masienda a finales de 2014 para abrir nuevos mercados en Estados Unidos para los productores de cerca de una docena de variedades de maíz nativo de México procedentes en su mayoría del estado de Oaxaca, en el sur del país. Después de que el año pasado importó 400 toneladas métricas en EU para abastecer a los restaurantes, este año busca superar las mil toneladas.

Masienda aprovecha un creciente mercado gourmet para los productos raros, de comercio justo, dice: "En realidad no importa lo que digan los demás, esto ayudará a compensar el maíz genéticamente modificado".


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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