Microsoft invirtió 1,000 millones de dólares (mdd) en el grupo de investigación de Inteligencia Artificial (IA) más ambicioso de Silicon Valley, en busca del máximo sueño de la IA: un enorme cerebro humano artificial que funcione en el sistema de computación en la nube de Microsoft, que abarca todo el mundo.
La inyección de efectivo supone una nueva vida para OpenAI, grupo que hace cuatro años crearon luminarias de la tecnología como Elon Musk y Peter Thiel, por la preocupación de que la IA terminaría destruyendo a la raza humana.
Ellos querían ganar la carrera para alcanzar la Inteligencia Artificial General Total (AGI, por sus siglas en inglés), un sistema que puede igualar y, eventualmente, superar a los humanos, a fin de asegurarse de que se use para el bien.
El Dato.100,000 veces más poderosa
que los sistemas actuales sería la red neuronal artificial de OpenAI
El proyecto se reorganizó este año, sin la participación de Musk. Reid Hoffman, el capitalista de riesgo y fundador de LinkedIn, entró para convertirse en el mayor patrocinador individual. Con el dinero de Microsoft y la plataforma de computación Azure a su disposición, OpenAI espera tener una oportunidad de alcanzar el objetivo para el que se creó.
“Hacemos pruebas de una hipótesis que se encuentra allí desde el principio de la disciplina: que una red neuronal cercana al tamaño del cerebro humano puede entrenarse para ser una AGI”, dice Greg Brockman, presidente y cofundador de OpenAI. “Si la hipótesis es cierta, la ventaja para la humanidad será notable”.
La decisión de Microsoft de alinearse con OpenAI hace eco de la adquisición que realizó Google en 2014 de DeepMind, la compañía de investigación de IA con sede en Londres, que también perseguía la IA en humanos.
Microsoft, que suministra efectivo y una plataforma de computación, se mantendrá más a distancia. El consejo de administración de OpenAI seguirá tomando todas las decisiones sobre la agenda de investigación y cómo se utiliza su trabajo. La empresa fundada por Bill Gates solo tendrá derecho a nombrar un director, dice el grupo.
OpenAI aprovechará los centros de datos de Microsoft para ejecutar sus experimentos utilizando Azure, la plataforma de nube de la compañía, y Microsoft tendrá la oportunidad de comercializar los primeros resultados de la investigación.
Eso podría reforzar los esfuerzos de la compañía de software para convertirse en una de las líderes en IA, en un momento en que Google se convirtió en el líder reconocido en IA avanzada entre las grandes compañías de tecnología.
Al igual que DeepMind, OpenAI hace uso del aprendizaje profundo —una técnica basada en redes neuronales que emula una teoría de cómo funciona el cerebro humano— para producir resultados llamativos. Pero hasta ahora, el trabajo de la compañía se limitó a experimentos independientes en ramas como la escritura automática, la manipulación de la mano de un robot y el juego, en vez de una inteligencia más generalizada que se pueda utilizar para resolver muchos de los problemas diferentes.
Eso llevó a muchos investigadores a argumentar que los sistemas de aprendizaje profundo, aunque logran resultados notables en problemas específicos, nunca traerán un avance en la inteligencia general por sí mismos.
“Desde un punto de vista científico, la AGI no va a ser una sola caja”, dice Kristian Hammond, profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad de Northwestern. “Cualquier grupo que tenga una visión única de cómo funciona la cognición va a fallar”.
OpenAI no está de acuerdo y espera aprovechar el viaje a la red de supercomputación de Microsoft, para demostrar que quienes dudan están equivocados.
La organización cree que está a unas “cinco órdenes de magnitud” de construir una red neuronal tan grande como el cerebro humano, dice Brockman, lo que implica una computadora que es 100,000 veces más poderosa que los sistemas actuales.
OpenAI predice que el resultado sería “una herramienta que combina las habilidades de Curie, Turing y Bach”, y una que puede abordar los grandes problemas como “el cambio climático; la atención médica asequible y de alta calidad, y la educación personalizada”.
La inyección de efectivo refleja las enormes demandas informáticas de los sistemas de aprendizaje profundo, que se entrenan con grandes cantidades de datos y luego analizan ejemplos del mundo real, en una forma de reconocimiento de patrones altamente avanzada.
Los sistemas necesitan “una gran cantidad de capital para tener poder de cómputo”, explica OpenAI, lo que significa que gran parte del dinero que recaudó se devolverá a Microsoft para el acceso a sus sistemas.