Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) pueden lograr impactos muy positivos en el cuidado del medio ambiente si implementan esquemas de responsabilidad social (RS) que sean un requisito para relacionarse con su cadena de valor, como lo han hecho las firmas Logra Financiamientos y Green Corp.
Herbert Moguel Sierra, director general de la financiera que obtuvo el distintivo ESR que otorga el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), sostuvo que a veces deben tomarse decisiones que implican sacrificar una ganancia a corto plazo. “Si alguien va a deforestar nunca le daremos un crédito, aunque pague el precio más caro”, señaló. A la larga es redituable porque mejora la reputación de un gremio que antes se preocupaba más por los proyectos que por los números. “Las personas que tenían mayor credibilidad eran el maestro, el sacerdote y el banquero. Ahora nos tachan de delincuentes de cuello blanco pero no somos eso; implementamos el concepto de capitalismo verde y banca responsable”, destacó.
SER SELECTIVO
Al establecer alianzas o negociar, las pequeñas empresas deben ser selectivas antes de involucrar a alguien en su cadena de valor. Un caso específico en el que Logra Financiamientos enfrentó un impacto negativo rechazando a los que solicitaban apoyo financiero ocurrió durante la crisis causada por la extracción del pepino de mar en la península de Yucatán.
Moguel detalló que en el litoral yucateco abunda el pepino de mar, un producto que se paga muy bien en el mercado chino, pues pertenece a la misma familia que las estrellas de mar. Llega a medir hasta 180 centímetros y la remuneración que obtienen los pescadores es casi 20 veces mayor a la que les representa vender pulpo. “El pepino de mar tiene un papel importante en el ecosistema oceánico, pues ayuda a que se mantenga limpio el lecho marino. En una zona los pescadores llegaron a ganar hasta 500 millones de pesos, pero el impacto negativo fue mayor, ya que la explotación provocó marea roja, menos captura de pulpo y mayor contaminación”. El empresario subrayó que rechazar ese tipo de oportunidades de negocio es una inversión a futuro. “No se ve a profundidad el deterioro en océanos y arrecifes. Hablamos de un daño no solo ecológico sino económico, y los efectos tardan en revertirse más de 25 años. Otorgar créditos para actividades que generan deterioro en selvas y bosques puede beneficiar monetariamente al principio, pero al dañar el medio ambiente, en tres o cuatro años ese negocio ya no será rentable”, sentenció.
La visión de capitalismo verde ya le rinde frutos al grupo financiero, que acaba de recibir de la Fundación del Empresariado Yucateco un reconocimiento por las labores realizadas en los cuatro ejes de la RS (ética empresarial, calidad de vida en el trabajo, vinculación con la comunidad y cuidado del medio ambiente).
CONGRUENCIA EN CADENA
La empresa Green Corp coincide con la visión del capitalismo verde. Para que funcione, toda la cadena de valor, desde los proveedores hasta los clientes, debe adherirse a los principios de cuidado medioambiental, porque solo así se alcanzará la sustentabilidad, aseguró Claudia Fuentes, gerente de mercadotecnia de la pyme que comercializa productos para la agricultura orgánica. La congruencia es importante porque “de nada sirve que pongamos un producto natural de origen biológico o botánico en un envase que no es biodegradable y pueda ser desechado en el campo. Nuestra meta es crear conciencia sobre el tratamiento que debe dársele a esos recipientes después de la utilidad que tenían destinada”.
El reto más importante, de acuerdo con la gerente, “es crear conciencia en todas las personas sobre la importancia de cuidar el medio ambiente, empezando por nuestra compañía. Trabajamos en convenios con empresas internacionales para que nos apoyen y compartan su experiencia y así podamos transmitirla al campo mexicano. Desde que surgió la empresa en 2006 nuestro fundador, el ingeniero Jesús Yáñez, ha trabajado a favor de una agricultura más sana y, obviamente, el hecho de tener mejores prácticas repercute en lo económico porque aumenta la productividad”.
Uno de los programas exitosos de esa pequeña empresa es el Green Sustainable Management (GSM). “Consiste en que todos trabajemos bajo la misma línea. El compromiso es llevar a nuestros proveedores, colaboradores y clientes a ser también sostenibles, ya que para lograr nuestra sustentabilidad como empresa es necesario que toda la cadena de valor también lo sea. Gracias a esto somos una de las compañías en México con la mayor cantidad de productos OMRI, una certificación estadunidense para manejar productos orgánicos, un requisito para todos los productores que quieren exportarlos”.
Además, “tenemos una compañía hermana: Fitoquímica. Es el principal proveedor de nuestros extractos vegetales y lleva muchos de nuestros productos. De modo que el proceso pasa por un enorme cuidado. Se trata de no dañar y gracias a ello tenemos diez años en el mercado sin dañar el medio ambiente”.
Fuentes concluyó: “Ver los negocios únicamente desde un punto de vista económico es un esquema obsoleto y los que lo hagan así no llegarán muy lejos. Si los manejas desde una perspectiva social y responsable con todos los involucrados, eso permitirá prosperar a todos a lo largo del tiempo”.