A Karl Lagerfeld no le gusta hablar del pasado. Se niega a hablar sobre sus 50 años de carrera con Fendi, de la cual lo nombraron director creativo, a cargo de la piel y el prêt-à-porter de mujer, en 1965. Tampoco se detendrá en sus 32 años de gestión en Chanel, donde es jefe de diseño desde 1983. Ni siquiera ha podido visitar su enorme futurespective en Bonn, Alemania, la exposición más completa de su obra que se ha montado, donde se presenta todo, desde una reproducción del abrigo por el cual lo galardonaron con el premio Woolmark de diseño en 1954, hasta sus primeras coleccionespara Chloé (entre 1963 y 1996), y un regimiento de maniquís vestidos con tweed de Chanel, a través de las pieles de Fendi, hasta las piezas de la línea que lleva su nombre.
¡Absolutamente no! Para Lagerfeld, la nostalgia es un veneno para la creatividad. “Estoy en contra de ella”, dice desde su estudio en París. “Siempre estoy dando el siguiente paso. Me interesa lo que pasa en este momento, no lo que pasó. Nunca veo los archivos. ¡Odio los archivos!”.
Si Lagerfeld suena impaciente, en realidad lo es. Su carrera se construyó a la velocidad de la luz. Es la misma energía la que le permite hacer malabares con las exigencias de tres casas visualmente distintas e independientes (Fendi, Chanel y Karl Lagerfeld) y ser fotógrafo, escritor ocasional y cuidador de Choupette, un gato blanco como la nieve que tiene 64 mil seguidores en Instagram.
No le hace muy feliz hablar sobre el próximo desfile de alta costura de Fendi. La primera incursión de Fendi en el escenario de alta costura, la colección de HauteFourrure (“Alta piel”), es un debut para la casa y el segundo de dos desfiles de alta costura que Lagerfeld montará en París. De hecho, va a presentar dos veces a Chanel. Montar dos colecciones, en un lapso tan breve, de dos casas distintas, es una tarea sobrehumana, especialmente al considerar que ahora tiene alrededor de 81 años (el tema de la edad de Lagerfeld es un misterio).
“Fue su idea. Supuse que era interesante porque existe el mercado para eso (alta costura), así que pensé que quizá no fuera una mala idea mostrar lo máximo de la destreza artesanal en ese negocio. Pero no propuse hacer dos colecciones de alta costura. Tengo más empleos y más trabajo del que necesito…”.
El desfile le permitirá experimentar todavía más. “Por lo general, ya casi no existen las viejas pieles”, dice del material con el que solía trabajar. “Así que todo se reduce a la habilidad artesanal”.
Solamente el tiempo dirá si HauteFourrure será un éxito comercial, pero ubicar la casa en esta etapa enrarecida es un adorno de extensión de marca, todo parte del deseo de Beccari de “promover y promover y promover”, según Lagerfeld. La casa tendrá la esperanza también de atraer a una clientela pequeña, pero importante, cuyos números aumentaron por los nuevos mercados en Rusia, Asia y el Medio Oriente.
“A la alta costura le va bien”, dice Lagerfeld. “No tengo idea de cómo funciona en otras casa, pero en Chanel, es una especie de milagro”. ¿Por qué piensa eso? “La gente quiere algo en lo que valga la pena gastar su dinero. En la actualidad, las cosas básicas y clásicas no venden, o tienen que estar hechas en un nuevo material. Tienen que ser de un mundo nuevo”.
Muchos directores creativos describen la alta costura como un crisol, en el sentido de que les permite destilar una visión que al final informa todo su prêt-a-pòrter. No es una sorpresa que a Lagerfeld le horrorice la idea.
“Es un espíritu totalmente diferente”, dice. “Si fuera en el mismo espíritu, simplemente no lo haría porque me aburriría a morir. Diría ¡no, no, no!”. Para él, la alta costura se trata de “habilidad artesanal. No tiene nada que ver con el prêt-a-porter. No debería de tener nada que ver con lo listo para llevar”.
En lugar de eso, Lagerfeld empieza cada colección de la misma manera: con un pedazo de papel en blanco y un lápiz. “Trazo cosas, porque esbozo todo”, dice. “No trabajo con artistas. Yo trazo todo. Quería ser un ilustrador y alfarero antes de entrar en la moda, entré en ella casi por accidente. Así que cuando hago un boceto que guardo, porque 99% se va a la basura, es difícil que se cambie. Y la colección se hace exactamente de la misma manera en la que hice en el boceto. Verás el boceto y verás el vestido final y son lo mismo. No estoy analizando por horas y realizando cientos de preguntas. Esas preguntas me las hago antes de que haga el boceto”.
La música suena en el fondo: es una canción que Lagerfeld no puede identificar, parte de una lista de reproducción siempre actualizándose para mantenerse al día de lo que pasa en otra cultura. Adora el hecho de descubrir a una persona, lugar, artista o libro. Él fue quien llevó los desfiles de moda de gira, monta Métiers d’Art (la colección antes de otoño) de Chanel en un lugar único cada año, e inspiró a que otra docena de casas. Fue una de las primeras personas en tener un iPod (alguna vez le dijo a los periodistas que tenía 300), y está muy orgulloso de su nuevo Apple Watch: una versión confeccionada a la medida que se hizo en oro rosado con una pulsera a juego. “Creo que soy la única persona que tiene uno totalmente de oro”, dice. “Es muy, pero muy hermoso”.
Para un hombre que cabalga el panorama de la moda de forma tan completa, el boceto hecho a mano parece también una excelente forma de mantener el control creativo.
“¡Exactamente, exactamente!”, concluye. “Lo que sea que eso signifique, eso es lo que es, querida”.
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