En el periodo 2000- 2016, se observa que los en años en que se ha registrado mayores tasas de crecimiento económico estuvieron precedidos de mayores alzas en recursos para inversión física; en virtud de este resultado, las perspectivas son débiles, ya que en 2016 se realizaron dos ajustes al gasto público (169 mil 400 millones de pesos) y en 2017 se contempla uno más (239 mil 700 millones) y esto afectará también la inversión.
Cifras del Banco Mundial revelan que en 2010 el crecimiento de la economía mexicana fue de 5.11 por ciento, mientras que en 2009 la inversión física del sector público aumentó 39.5 por ciento a tasa real anual, según información de la Secretaría de Hacienda.
En 2009 la inversión física en el sector energético creció 169.5 por ciento a tasa real anual, la destinada a comunicaciones y transportes 15.8 por ciento, a salud 60.1 y para abastecimiento, agua potable y alcantarillado se elevó 8 por ciento, mientras que para educación cayó 4.8 por ciento.
En 2011 y 2012 se registraron tasas de crecimiento económico de 4.04 y 4.02 por ciento, respectivamente, y esos años estuvieron precedidos (2010 y 2011) de incrementos a tasa real anual en inversión física de 8.8 y 1 por ciento, especialmente en el rubro de comunicaciones y transportes, que tuvo aumentos de 16.2 y 6.4 por ciento, en cada año.
En los primeros siete meses de 2016, la inversión física cayó 15.9 por ciento real respecto al mismo lapso de 2015.
Para 2017, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica, el gasto de capital estimado asciende a 558 mil 7 millones de pesos, 26.8 por ciento menos en términos reales que lo aprobado en 2016.
Al interior, 92 por ciento corresponde a la inversión física presupuestaria; 4.6 por ciento se relaciona con subsidios para los sectores social y privado, y para las entidades federativas y municipios; y 3.4 por ciento se asocia con la inversión financiera.
El gobierno federal contempla facilitar y promover la participación del sector privado en el desarrollo de infraestructura a partir de la adopción de alternativas de financiamiento, como son las asociaciones público privadas.
No obstante, para expertos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria hay obras de infraestructura que por su naturaleza no son de interés para la iniciativa privada,
como un puerto en Salina Cruz.
Carlos Ponce, director de Análisis y Estrategia de Grupo Financiero Ve por Más, considera que el único gran proyecto de la presente administración será el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aunque también destacará el tren eléctrico de Guadalajara y el interurbano México-Toluca.
El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, enfatizó que en todas las dependencias se hará el próximo año un ajuste al gasto, pero los mayores serán en Pemex, la SEP, la SCT y Salud, principalmente en servicios personales (sueldos y salarios) y en gastos de operación, aunque también tocarán programas considerados no prioritarios.
Es decir, la mayor parte del recorte se hará en sectores que se caracterizaron por incrementos en inversión física, al sector energético y de telecomunicaciones y transportes.
El Banco de México señaló en su último reporte trimestral de inflación (31 de agosto pasado) que en el lapso abril-junio de 2016, el producto interno bruto de México mostró una contracción, después del crecimiento reportado en el trimestre anterior.
Y explicó que este comportamiento reflejó la debilidad de la demanda externa y de la inversión, mientras que el consumo exhibió una desaceleración respecto al dinamismo que había presentado en los trimestres anteriores.
Pilar de la construcción
Desde 2013 las obras de ingeniería civil dejaron de ser el soporte más importante para la construcción en México, ante esto la edificación en los dos últimos años se ha convertido en su pilar y fuente de crecimiento.
De acuerdo con un estudio elaborado por el Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (Ceesco), el crecimiento de la industria de la construcción está siendo impulsado por el subsector edificación, al tener un crecimiento promedio de 3.4 por ciento entre 2014 y la primera mitad del año.
“Ante la caída del otro subsector importante motor de la actividad constructora: Obras de ingeniería civil de 2.6 por ciento en promedio anual en los últimos cuatro años, la edificación se ha convertido en el motor del crecimiento del Sector de la Construcción.”
Resalta que en el primer semestre de 2016 la edificación contribuyó con 70 por ciento al PIB de la construcción, que representa 926 mil millones de pesos, lo cual significa su mayor participación en los últimos siete años.
Este subsector engloba a vivienda; edificios industriales, comerciales y de servicios; escuelas; hospitales y clínicas, así como obras y trabajos auxiliares para la edificación.
Los últimos indicadores de la producción anual de empresas constructoras del Inegi apuntan que en el acumulado de enero a mayo de este año, lo que más generó valor fueron los edificios industriales, comerciales y de servicios con 48 por ciento, y la vivienda 42 por ciento.
El Ceesco indica que en la edificación industrial y comercial los fideicomisos de infraestructura y bienes raíces, mejor conocidos como Fibras ya están teniendo un impacto significativo en la construcción de edificios de usos mixtos, proporcionando una inyección de la inversión y la competencia por la adquisición y gestión de los mejores productos inmobiliarios del país.
Desde 2011 con el lanzamiento de la Fibra Uno, en cuatro años ya se cuenta con 10 fideicomisos que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, y han logrado acumular más de 293 mil millones de pesos en activos.
En lo que respecta a vivienda, refiere que el replanteamiento en la asignación de subsidios, junto con recortes de impuestos y otros incentivos, ayudaron a revivir la actividad en este ramo, y en 2014 retomó el rumbo del crecimiento a la par de una nueva política.