La Secretaría de Energía (Sener) reconoció que se están atorando en el tema de los precios de libre importación de gasolina y diésel, proceso que abrió el gobierno federal desde abril, al adelantarlo ocho meses.
“Parece que todos podemos tener un papelito de importación pero realmente en la vida práctica se nos está complicando llevar a cabo este proceso”, dijo la directora general de Normatividad de la Subsecretaría de Hidrocarburos de la Sener, María Guadalupe Ortiz Alonso.
Muchos se han acercado a la Secretaría de Hacienda a ver de qué manera se pueden hacer ajustes, pues las condiciones del mercado para la liberación de precios se tienen programadas hasta 2018, señaló la funcionaria al participar en la cuarta conferencia IEL-Anade.
Al 19 de agosto la Sener lleva autorizados 156 permisos para importar diésel y 108 para gasolinas, en total son 264, pero el propio secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, ha dicho que no se ha materializado ninguno, y que será hasta después de la temporada abierta de Pemex cuando se sepa si habrá importadores.
Dante Yamil San Pedro Jacobo, secretario de la Academia Mexicana de Derecho Energético (AMDE), enfatizó de que aunque en papel se pueda realizar no implica que de facto se haga, pues hay muchos temas que no quedan claros.
“Acelerar las cosas sin estar preparados lo único que genera es incertidumbre, la verdad es que no funciona”, dijo.
En primer lugar los costos de importar relacionados con los impuestos, donde Hacienda determinó en noviembre pasado tasas fijas para el IEPS más el IVA, los deja fuera del negocio.
Si se toma como ejemplo el diésel, donde se paga más de 7 pesos por litro de impuesto, sin importar cuánto cueste la molécula en Houston o en otros mercados, cuando el producto llega al puerto mexicano se le agrega el costo de recepción, guarda y manejo en la terminal marítima.
Si se quisiera traer a la Ciudad de México hay que pagar el transporte por el ducto Tuxpan-México, la terminal de almacenaje y reparto (TAR) de Azcapotzalco, además de llevar una pipa de 20 mil litros a la bomba de gasolina.
“Si hiciéramos eso, alguno de nosotros vamos a llegar arriba del precio máximo que fija la Secretaría de Hacienda”.
El académico consideró que lo más delicado para los privados es cómo se va a salir a la temporada abierta si no se saben las reglas de Pemex, por lo que muchas de las nuevas inversiones están detenidas.
En ese sentido, los privados esperan que el concurso por la capacidad que vaya a ofrecer la petrolera nacional de su sistema de logístico sea en un concurso parejo.
Otro punto relevante para el secretario de la AMDE es que tal parece que ante las “prisas”, la Comisión Reguladora de Energía no revisó a profundidad las tarifas que determinó para transporte y almacenamiento.
Como evidencia refiere al nodo logístico número uno del país, que es Rosarito, el cual recibe producto principalmente de Salina Cruz, donde se almacena y distribuye a uno de los mercados más grandes, que es Tijuana, tiene dos ductos, uno que va Ensenada y otro a Mexicali.
“La tarifa de Ensenada y de Mexicali, incluido el ducto y la terminal, es más cara que si retiro mi producto en Rosarito en pipas”.
Con esos “vicios”, será muy difícil mantener los contratos que autoriza la Sener a 20 años, concluyó.
Tercera llamada
La Secretaría de Energía firmó seis contratos para la extracción de hidrocarburos de la tercera licitación de la Ronda 1, los cuales comprenden una inversión de 133 millones de dólares, que se suman a los 19 contratos previos, que en conjunto representan mil 222 millones de dólares.
Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, señaló que esa licitación fue diseñada para el surgimiento de nuevas empresas en México que desarrollen campos ya descubiertos.
En mayo pasado se suscribieron 19 de los 25 contratos que se licitaron en esta tercera convocatoria, restaban seis, los cuales se suscriben este día en su primera fase. Los primeros 19 convenios firmados ascendieron a una inversión estimada de 989 millones de dólares, que junto con los seis contratos suman mil 122 millones de dólares.
Para los seis contratos comienza un periodo de transición de 90 días, en el cual se va a formalizar la entrega del área contractual. En los 120 días posteriores los contratistas deberán presentar una evaluación puntual del campo, para posteriormente dar a conocer el plan de producción.
Los contratos que se firmaron son por el campo La Laja, del consorcio Ingeniería, Construcciones y Equipos Conequipos, Industrial Consulting, Desarrolladora Oleum, Marat International y Constructora Tzaulan.
Claves
Piden información
Hans Valadez, representante de Gulf México, apuntó que se debe tener algo similar al cuarto de datos que usa la Comisión Nacional de Hidrocarburos para las rondas, pues la información en el caso de la temporada abierta de Pemex, donde venderá su infraestructura logística, es fundamental.
Es preciso entender los costos económicos, para saber dónde se carga y descarga el producto y en qué momento se vuelve mejor utilizar otro medio que el ducto.
“La regla del acceso abierto sin información no nos dice nada… necesitamos establecer las mejores condiciones para los clientes”, señaló directivo de Gulf.