De 2010 a febrero de 2017, la Secretaría de Energía (Sener) registra solo siete permisos para la producción de bioenergéticos, seis de éstos son para etanol anhidro y uno para biodiésel.
El primer permiso fue concedido en 2010 al Instituto de Energías Renovables del Estado de Chiapas (en ese entonces, Instituto para la Reconversión Productiva y la Agricultura Tropical) para la producción de biodiésel; el segundo fue en 2011 a Blue Fuel para producir etanol anhidro.
De 2015 a febrero de 2017 se ve un mayor dinamismo en otorgamiento de permisos, pues se han dado cinco para la producción de etanol a las empresas Biocombustibles Juanita, Biocombustibles Tomatlán, Fabricación de Alimentos Tenerife, Alcoholera de Zapopan y Soluciones en Ingeniería Naval Marina y Terrestre.
El gobierno federal ha reconocido que el mercado de los bioenergéticos a gran escala en México todavía es incipiente y se ha enfocado más al abastecimiento local y autoconsumo.
Así lo constan los 21 avisos de exención para tramitar el permiso para la producción de bionergéticos que ha recibido la Sener mediante la Dirección General de Energías Limpias, todos para la producción de biodiésel.
Dichas notificaciones atendidas son para cualquier actividad o servicios relacionado con la producción a pequeña escala o bien con fines de investigación o autoconsumo.
Cabe apuntar que de los siete permisos de producción otorgados, seis corresponden a empresas que ganaron una licitación de Pemex en 2015 para proveerle etanol anhidro; lo anterior es parte de una prueba piloto en seis terminales de almacenamiento y reparto para mezclar el etanol con gasolinas.
Los objetivos del gobierno, además de mejorar la calidad de las gasolinas y reducir las emisiones contaminantes en las ciudades que cuentan con los mayor flujo vehicular, es generar más fuentes de empleo en el campo y la industria.