Vestido con una chamarra gris de Alexander McQueen, Federico Marchetti se reúne conmigo en un pequeño estacionamiento en las orillas del Lago Como, Italia. El empresario de tecnología de 46 años y fundador de Yoox, la enorme tienda de comercio electrónico de productos de lujo ahora al borde de una fusión con Net-a-Porter, me va a dar un recorrido por su vecindario.
Una vez que entramos al restaurante, tomamos una mesa en el rincón bajo un árbol en el patio. “Es un negocio familiar desde hace 100 años”, dice. “Es nuestro segundo hogar y la comida es muy buena. Te pedí que vinieras aquí porque quiero mostrarte cómo vivo”.
Marchetti lanzó Yoox en el año 2000 casi sin tener experiencia en la industria de la moda, pero con la convicción de poder persuadir a las marcas de lujo de venderle productos de fin de temporada para ofrecerlos en línea, en una época en que los productos de lujo representaban “cero por ciento” del mercado de comercio electrónico.
Desde entonces, Yoox creció para convertirse en una empresa multinacional de “estilo de vida” con ingresos de 524 millones de euros y una utilidad neta de 13 millones 800 mil euros el año pasado. Entró a Estados Unidos en 2003, a Japón en 2004 y, en 2006, firmó un acuerdo con Marni para ofrecer soporte técnico y una página web a la casa de moda italiana. Para 2009, la compañía empezó a cotizar en la bolsa de Milán. Y el 31 de marzo de ese año, Marchetti anunció los planes de una fusión con Net-a-Porter, el sitio de moda de lujo que Natalie Massenet fundó también en el 2000.
En septiembre de este año, Marchetti se convertirá en el director ejecutivo del grupo recién creado Yoox Net-a-Porter Group (Massenet será presidenta ejecutiva) y supervisará las operaciones en la tienda minorista de lujo en línea más grande del mundo. Cuando se anunció la fusión, la valoración implícita del grupo combinado fue de 3 mil 400 millones de euros, con ventas anuales de mil 300 millones de euros.
La fusión fue otro paso hacia el “sueño” que imaginó Marchetti durante mucho tiempo, del cual es vago al dar los detalles. “Empezamos a hablar sobre una fusión en 2009, pero era demasiado pronto. No se hizo para complacer a los inversionistas, o por el precio de las acciones,la fusión se basó en la sustancia. Y la sustancia es que son dos compañías que iniciaron exactamente al mismo tiempo, exactamente con la misma visión, pero que tomaron enfoques totalmente distintos.
“Empezamos con productos de fin de temporada, ellos empezaron con precio íntegro. Siguieron con los productos de fin de temporada (con The Outnet), yh nosotros con el precio íntegro (con The Corner). Después lanzamos tiendas de una sola marca, porque éramos fuertes en el proceso (back end) con la logística, y ellos lanzaron contenido editorial, porque eran fuertes en la interacción (front end) con el cliente con la mercadotecnia. Es increíble, como puertas corredizas, casi como si lo hubiéramos planeado. No creo que alguna otra fusión en la historia sea tan perfecta en papel”.
Sin embargo, como señala rápidamente, este no es un matrimonio entre iguales. Marchetti todavía es un operador solitario y es muy claro que el grupo Yoox Net-a-Porter Group sólo tiene un jefe. Alza una mano: “Y soy yo”.
Aunque sus modelos de negocio siguieron caminos distintos pero complementarios, los estilos de administración de Marchetti y Massenet pueden ser más difíciles de fusionar. En Net-a-Porter, la glamorosa Massenet nacida en California construyó su imperio con base en porras de hermandad, una gran cantidad de cumplidos positivos, #mujeresincreíbles y gritos sobre los logros del equipo. Marchetti, por otro lado, es notable por su relativo anonimato. “No les gusto”, dice sobre la relación con su personal. ¿En serio? “Sí, no les gusto”, continúa. “No hay cariño”. Se detiene. “Creo que se sienten inspirados. Pero no necesariamente me quieren”.
Entonces, ¿no habrá un conflicto de culturas en el nuevo orden mundial? “Somos diferentes”, dice Marchetti. “Pero eso no es malo. No necesito amor. Necesito resultados”.
Al hablar sobre sus inicios suena como si todavía estuviera un poco desconcertado por su éxito. “Iniciar una compañía como Yoox en un país como Italia, es como un milagro. Fue una historia estadounidense en Italia, así que fue bastante valiente. Pero, al mismo tiempo, tenía grandes ventajas: la cercanía con los diseñadores, hablar el mismo idioma que las marcas, entender sus necesidades”.
Fue valiente, posiblemente temerario, lanzar una compañía para vender productos de lujo con descuento en el 2000. Al mismo tiempo, Marchetti trabajaba como banquero comercial, y era miserable en eso. “Salía de la oficina cerca de las 8 de la noche y en la noche escribía mi plan denegocios. Cerca de la Navidad de 1999 dije, ‘creo que debo hacerlo’. Tengo 30 años, tengo que tomar el riesgo. Así que renuncié a mi trabajo. Y en 40 días convencí a un capitalista de riesgo para que me diera un millón 500 mil euros por 33% de mi idea”, dice. “Y esto fue en Italia, donde había dos capitalistas de riesgo, no existe Silicon Valley, donde hay cientos”.
“Tomé un gran riesgo, y el riesgo fue esencial. No puedo decir que me encanta tomar riesgos. No soy un vaquero. Sufro, internamente. Pero hay una delgada línea entre la suerte y el riesgo y fui muy afortunado. Empezamos en el mismo mes que Net-a-Porter, en junio de 2000”.
Tal vez no es un vaquero, pero tuvo que haber un poco de arrogancia en el don nadie de 30 años.