Su arraigo y pasión por la cultura mexicana, fue el detonante para Diana Arroyo y Rodrigo Medrano, dos jóvenes emprendedores con amor al México prehispánico, incursionaran dentro de la industria de los productos de cuidado personal para hombres y mujeres.
Con su marca “Pedacito de Cielo”, que tiene apenas año y medio de trabajo, ya cuentan con dos puntos de venta en Torreón, uno en el Paseo Morelos y otro el centro comercial Galerías Laguna.
Sin embargo, ya comenzaron con el esquema de franquicias, por lo que tienen previsto abrir en una sucursal en Playa del Carmen, tal y como lo hicieron en Mérida y Monterrey.

¿En qué consiste el proyecto de Pedacito de Cielo?
D: Pedacito de Cielo es un sueño hecho realidad, somos una marca orgullosamente lagunera dedicada a fabricar y comercializar productos de cuidado personal.
Esta idea surge de una necesidad tanto de Rodrigo como mía, sabíamos que queríamos emprender algo, queríamos contribuir en la economía local y en algo mexicano, ya que somos una pareja totalmente apasionada por nuestra cultura.
Estuvimos buscando opciones, incluso nos invitaron a vender ropa típica oaxaqueña, pero no era lo que queríamos, no revender un producto sino agregarle valor a lo que hiciéramos.
Fue así como surgió la idea de producir cremas, gel antibacterial, brisas corporales, ya tenemos exfoliantes y velas y cada línea que tenemos representa una artesanía mexicana o un lugar de nuestro país.
"Nuestra misión es enaltecer y difundir el orgullo mexicano. Queremos recordar a la gente que tenemos una cultura espectacular rodeada de cosas y lugares maravillosos y que lo hecho en México está bien hecho".
¿En qué año se dio esta idea de negocio?
R: Fue en el 2013 que empezamos a idear productos y cómo los etiquetaríamos para darle ese valor cultural.
En aquel tiempo yo tenía una empresa de productos de limpieza, tengo mucho tiempo trabajando en el sector químico, aún y que soy ingeniero mecatrónico.
Tengo proveedores de México que también nos han apoyado mucho. Diana por su parte trabajó siempre en empresas, es psicóloga y laboró en el área de Recursos Humanos, en ventas y como gerente comercial.
¿De dónde les nace el sentimiento y la pasión de enaltecer las raíces mexicanas?
Empezamos con la idea antes de que se diera el “boom” del consumo local y esta parte del proteccionismo en Estados Unidos, que nos ha sacado el coraje del mexicano nos ha venido bien como marca.
Pero cada vez que viajas por el país encuentran algo espectacular y maravilloso. Y es algo diferente de lo que ha traído la moda por lo mexicano, que son 'Fridas', 'Día de Muertos', elementos muy tradicionales, pero nosotros vamos más allá.
¿De qué manera lo hacen trascender?
Por ejemplo nuestra línea de hombre se llama "Ek Balam", que significa "Jaguar Negro" en maya, donde en Yucatán hay una zona arqueológica con este nombre en honor al rey que fundó el imperio maya llamado Ukit Kan Lec Tok.
Es esta historia la que queremos contar de México, que no mucha gente conoce. Ek Balam está dentro de Yucatán y no es tan conocido como Chichen Itza. La entrada a la pirámide es una boca de un jaguar y es increíble.
"No es tanto por moda, sino dar a conocer nuestro país como es y somos afortunados de vivir en él".
Como empresa, ¿qué implica el incursionar en regiones como Yucatán y próximamente en Quintana Roo con gran tradición cultural con sus productos?
Esto es muy padre porque en realidad la gente nos ha aceptado muy bien el concepto y la calidad del producto.
Es raro porque les gusta mucho en Yucatán uno de nuestros artículos que denominamos “algodón de azúcar”, que es muy dulce y representa el arte Huichol.
Las fórmulas son desarrolladas por nosotros mismos aquí en Torreón, aunque nuestros proveedores también nos hacen ciertas sugerencias.
Tenemos una casa perfumera que hace productos exclusivos para nosotros, así que no nos parecemos a nadie. Estamos enfocados al cuidado del medio ambiente y personal.
¿Cómo marcan ustedes la diferencia de frente a la competencia que hay en el país?
Nuestra oferta de valor implica el concepto que tenemos como marca totalmente mexicana, así como la calidad del producto al consumidor final.
La competencia es sana, nos hace crecer. Buscamos un lugar en el mercado. Tenemos un programa de reciclaje permanente llamado "Orígenes" en donde los compradores regresan los envases vacíos de sus productos y se les hace un descuento o regalo.
Esos envases se regalan a personas que viven de recolectar envases para que los vendan y puedan mejorar su calidad de vida a familias que están cerca de nuestra fábrica. Tenemos un año y nueve meses de creados. Lo que queremos es que todo México tenga un "Pedacito de Cielo".