En la letanía de problemas de contabilidad que surgen en las empresas chinas, China Animal Healthcare (CAH), que cotiza en Hong Kong, logró uno muy relevante: perdió cinco años de estados financieros a mitad de una auditoría forense que ordenaron los reguladores.
El fabricante de medicamentos para animales, donde la farmacéutica estadunidense Eli Lilly tiene una participación de 20 por ciento, dijo en un comunicado que los documentos desaparecieron cuando se robaron el camión en el que eran transportados a la oficina central en Pekín, a principios de este mes, mientras el conductor almorzaba en la ciudad de Baoding, en el noreste de China.
La subsidiaria de Eli Lilly dijo que "le preocupa" la forma en que evoluciona la situación después de la suspensión de las operaciones de las acciones de la compañía en marzo, e instó al consejo y al presidente de la compañía desde ese momento a tomar medidas para resolver apropiadamente la situación.
La policía de Baoding recuperó el camión días después de su robo, pero no se encontraron los estados financieros, que se enviaron desde el centro de registros de la empresa para ayudar a la auditoría.
La empresa dijo que la probabilidad de recuperar los documentos, incluidos los libros de los cinco años anteriores, "no es muy alta".
Pero sugirió que no hubo una jugarreta interna, al decir que "no identifica a ninguna persona sospechosa que se relacione con el incidente", y que la policía local dijo que ese tipo de robos son "comunes" en un lugar que es más conocido como la ciudad más contaminada de China.
CAH sufrió un creciente número de problemas a partir de que se detuvieron las operaciones de sus acciones, después de que no logró publicar a tiempo sus resultados anuales de 2014.
Las autoridades chinas retiraron algunos permisos de producción en octubre, debido a las preocupaciones que tienen sobre la contaminación de la fábrica, y la Bolsa de Valores de Hong Kong exige que se termine la auditoría forense sobre las acusaciones de malas prácticas de los empleados, entre otros problemas, antes de que pueda volver a cotizar.
La situación subraya los riesgos que hay para los inversionistas en empresas chinas que prometen un rápido crecimiento y que al principio lograron entregar un desempeño extraordinario de capital pero que carecían de de gobernanza corporativa. Un creciente número de empresas vieron que sus debilidades quedaron expuestas a medida que la segunda mayor economía del mundo se desaceleró cada vez más y los inversionistas y los reguladores empezaron a realizar más preguntas.
Los problemas de CAH, que tiene una capitalización de mercado de alrededor de mil 300 millones de dólares, son una vergüenza para Elanco, la filial de Eli Lilly, que llamó a la empresa "un líder de la industria local" cuando invirtió 100 millones de dólares en 2013, en un acuerdo con el que dijo reforzaba su "compromiso con los esfuerzos de China para garantizar la seguridad alimentaria y mejorar la seguridad de los alimentos y los ingresos rurales".