A todos los fabricantes de automóviles que buscan la aprobación de nuevos vehículos en Alemania se les exigirá dar a los reguladores acceso a su software.
El ministro de transporte de Alemania, Alexander Dobrindt, anunció que esto es parte de un “paquete completo de medidas” que se introducirán después del escándalo de Volkswagen, quien admitió que instaló un dispositivo ilegal.
Alemania también tiene previsto pedir pruebas de seguimiento de los niveles de emisiones en bancos de pruebas de motores operados por el gobierno. Con estas peticiones se establece el tono de actuación de los reguladores europeos.
Los fabricantes de automóviles tradicionalmente se mostraban renuentes a permitir acceso al software de sus motores por el temor a que la competencia pudiera conocer los detalles de las técnicas de reducción de emisiones.
Esto es resultado de que el pasado septiembre VW admitió que instaló dispositivos de desactivación basados en software para engañar las pruebas de emisiones de los reguladores en más de 11 millones de vehículos diesel en todo el mundo. Un mes después Audi, la marca de coches lujo de VW, admitió que sus motores en más de 85,000 vehículos contenían el mismo dispositivo.
El escándalo puede costarle decenas de miles de millones de euros en multas, demandas y otros gastos, según analistas.