El presidente Donald Trump firmó la reforma fiscal de 1.5 billones de dólares, que proporcionará recortes impositivos generosos a las corporaciones y a los estadunidenses más ricos, así como recortes más pequeños para la clase media y las familias de bajos ingresos.
"No fallé a mi promesa", dijo tras firmar la polémica reforma fiscal y al referirse a que la semana pasada aseguró que la reforma estaría aprobada antes de Navidad.
Poco antes de la firma, Trump habló del tamaño de la reducción de los impuestos, declarando a los reporteros en la Oficina Oval de la Casa Blanca que "los números hablarán".
"Ya sé que los medios no me quieren dar crédito de nada, pero nunca se tuvo una aprobación legislativa de la envergadura de esta reforma fiscal", puntualizó. "Es la mayor reforma fiscal en la historia de la Unión Americana", añadió.
Horas antes de la promulgación de la ley, Trump tuiteó por la mañana que se estaba alistando para la firma.
La ceremonia fue programada para realizarse antes de que el mandatario viaje a su propiedad en Florida para pasar ahí las fiestas de Navidad.
El presidente había dicho inicialmente que esperaría a estampar su firma en la iniciativa de ley hasta después del 1 de enero, pero luego cambió de opinión.
Se trata de la primera reforma importante de las leyes tributarias del país desde 1986, pero están lejos de ser los mayores recortes impositivos en la historia estadunidense, como afirma el presidente.
Políticamente, sin embargo, el paquete fiscal representa el primer logro legislativo importante de los republicanos durante la presidencia de Trump.
Según algunos cálculos, los recortes fiscales abultarán el creciente déficit presupuestario de la nación.
