Donald Trump culpó al empresario mexicano Carlos Slim de encabezar un complot para tumbar su campaña y favorecer a su rival demócrata, Hillary Clinton.
Al mismo tiempo, aumentaron las acusaciones de mujeres en su contra, aunque negó cualquier conducta sexual inapropiada.
En un mitin en Carolina del Norte, Trump recordó que el mexicano es el primer accionista individual del Grupo The New York Times, cuyo diario publicó el miércoles relatos de dos mujeres que acusaron al candidato presidencial de manosearlas y besarlas hace algunos años.
“El principal accionista del Times es Carlos Slim y, como saben, Carlos Slim viene de México. Él ha dado millones de dólares a los Clinton”, acusó Trump.
“¿Vamos a dejar que corporaciones extranjeras y sus presidentes decidan el resultado (de la elección)? No puedes hacer eso. No podemos dejar que esto pase”.
Trump aseguró que los periodistas de ese diario son “conspiradores” del mexicano en favor de la demócrata. The New York Times ha manifestado su apoyo público a Clinton y el jueves aseguró que no pensaba retractarse de las acusaciones al republicano.
En tanto, el yerno y portavoz de Slim, Arturo Elías Ayub, dijo que el mexicano nunca ha visto a Trump y “no le interesa en lo más mínimo su vida personal.
“Es totalmente falsa” la acusación, afirmó Elías Ayub, quien subrayó que las contribuciones de Slim a la Fundación Clinton son públicas. Y añadió: “Claro que no estamos interfiriendo en las elecciones de EU. Ni siquiera estamos activos en la política mexicana”.
Por su parte, Arthur Sulzberger Jr., director encargado de la publicación del diario, asentó que Slim es un “excelente accionista que respeta plenamente los límites relativos a la independencia de nuestro periodismo”.
Slim se convirtió en el máximo accionista de The New York Times en enero de 2015, con casi 17 por ciento de participación.
Mientras Trump hablaba en Carolina del Norte, Summer Zervos, una ex participante de El Aprendiz, el reality show que cementó la fama del magnate, rompió el silencio para acusarlo de haberla besado a la fuerza en un hotel hace una década.
También ayer Kristin Anderson, una ex aspirante a modelo, declaró al diario The Washington Post que a inicios de los noventas, en un club de Nueva York, Trump había tocado su vagina, metiendo su mano debajo de su falda.
En respuesta, Trump señaló: “Como saben, estoy en este momento siendo atacado viciosamente por mentiras y calumnias (...); no tengo idea de quiénes son estas mujeres, no tengo idea”.
Las acusaciones surgieron tras la revelación de un video de 2005 —divulgado hace una semana por el Times— en el que Trump se jactaba de manosear mujeres sin que ellos lo impidieran.
En ese contexto, a pocas semanas de que los estadunidenses escojan el 8 de noviembre su remplazo, el presidente Barack Obama hizo campaña en favor de Clinton y dijo que mucho está en juego en esta elección.
“La buena educación está en juego en las urnas. La tolerancia está en juego. La cortesía está en juego. La igualdad está en juego”, dijo en un mitin en el estado clave de Ohio.
“Todo el avance que logramos en los últimos ocho años está en juego”, dijo, y agregó: “la democracia misma está en juego en las urnas”.
